Aunque el gobierno logró que su reforma se aprobara, lo hizo a costa de un clima de tensión política y social que fue creciendo con el correr de los días.
La Cámara de Diputados de Argentina aprobó este martes, luego de una sesión de 12 horas, la reforma jubilatoria propuesta por el presidente Mauricio Macri que provocó tres violentas represiones consecutivas en las calles y “cacerolazos” masivos en contra del gobierno.
La actualización de los ingresos de los jubilados y diversos programas sociales avanzó gracias a 129 votos a favor, 117 de contra y dos abstenciones pasadas las 07:00 de la mañana de este martes, en el cierre de una sesión que comenzó la víspera a las 14:00 horas.
Antes de las elecciones legislativas de octubre pasado, Macri negó que quisiera promover una reforma previsional, pero apenas ganó los comicios, puso en marcha un plan para modificar la actualización de las jubilaciones.
Según la oposición y diversos economistas, la iniciativa del gobierno rebajaba en por lo menos 100 mil millones de pesos (casi seis mil millones de dólares) diversos programas sociales para el 2018.
Desde la Casa Rosada, por el contrario, aseguraban, que los jubilados no perderán porque la actualización de sus ingresos estará 5.0 por ciento por encima de la inflación.
La reforma pasó sin mayores problemas hace dos semanas en el Senado pero aun debía ser ratificada por la Cámara de Diputados, en donde el pasado miércoles hubo una primera protesta masiva que fue reprimida y en la que incluso fueron agredidos legisladores de la oposición.
El jueves, en el primer intento de que los cambios se votaran en el recinto, la sesión se cayó porque una segunda represión generó un clima de violencia en las calles y aumentó la tensión social.
Para entonces, la reforma previsional ya se había convertido en una grave crisis política para Macri, quien amenazó con emitir los cambios a través de un decreto presidencial, sin que pasaran por el aval del Congreso.
Como las críticas fueron inmediatas, incluso por parte de sus aliados, el gobierno impulsó una segunda sesión legislativa que fue citada para ayer y que comenzó con un clima plagado de violencia en los alrededores del Congreso.
Macri, quien había negado que los jubilados perdieran con los cambios, ofreció una “compensación” que implicaba que el recorte bajaría de 100 mil a 68 mil millones de pesos (cuatro mil millones de dólares).
En las calles, un grupo de provocadores, ínfimo en comparación con la masividad de los manifestantes pacíficos que rechazaban la protesta, se enfrentaron con las fuerzas de seguridad, las cuales después reprimieron al resto de la gente con gases lacrimógenos y balas de goma de manera indiscriminada.