Bitácora 671.-
CONTRAPUNTOS
Escribe:-Adriano Herrera Álvarez
“La felicidad extrema apenas está separada por el temblar de una hoja de la extrema desesperación” Saint- Beuve.
Uno de los libros que me llevó a conocer a este estupendo escritor, W. Somerset Maugham, fue “Servidumbre Humana” una historia sobre un médico con un defecto en el pie y su enamoramiento con una mujer que jamás lo amó y lo llevó hasta la servidumbre de la propiciación hacia el amor, estratos abyectos, de bajeza intolerable; posteriormente leí del mismo autor “La luna y seis peniques”, sobre la vida del pintor francés Paul Gauguin, que me brindaron un factor de realidad del quehacer de W.Somerset Maugham, que nace en Francia en 1874 y muere en Niza en 1965, autor de obras de teatro en donde tuvo gran éxito, siendo una celebridad a los treinta y tres años. Posteriormente me regaló un amigo de la infancia el libro, “El temblar de una hoja”, seis relatos ambientados en las islas del Pacífico Sur que componen este libro, que es para mí la coronación de su obra. Muchos buscamos nuestro paraíso, el lugar idílico en donde vivir a plenitud, solamente que a finales del siglo decimonónico, en aquellas remotas islas no habían las recreaciones que existían en otros países, después de disfrutar y admirar los paisajes, cuando llega el hastío de este paraíso y su propósito es vivir hasta su muerte, solo, como escape, “diversión”, les queda a los forasteros el sexo y el alcohol, -personaje importante en esta obra de Maugham-, que los insta a vivir a unos en la desesperación, a otros en los turbios negocios y otros tantos a perderse, convirtiéndolos en lumpen de su atormentada vida. Estos relatos son: El Pacífico, -como introducción-, Mackintosh, La caída de Edward Barnard, Rojo, La Piscina, Honolulu, Lluvia y un Envoi que dice así:
“Cuando tu embarcación deja Honolulu te cuelgan leis alrededor del cuello, guirnaldas de flores con olores dulces. El muelle está atestado y la banda toca una tierna melodía hawaiana. La gente que está a bordo arroja serpentinas a los que están debajo, y el lateral del barco se ve muy alegre con las delgadas tiras de papel, rojas, verdes, amarillas y azules. Cuando el barco se aleja con lentitud, las serpentinas se rompen suavemente, y es como la ruptura de los lazos humanos. Hombres y mujeres son unidos momentáneamente por una alegre tira de papel coloreada, y después la vida los separa y el papel se rompe, muy fácilmente, con un pequeño tirón. Durante una hora los fragmentos se quedan pegados en el casco y después se los lleva el viento. Las flores de la guirnalda se marchitan y su aroma es sofocante. Son arrojadas por la borda.”
Entre estos relatos se encuentra “Lluvia” uno de los más famosos, un conflicto en donde sobresale la hipocresía, el adulterio, la lujuria, en un aldea samoana de Pago-Pago, entre un poderoso misionero y una simple prostituta, en un ambiente en donde no cesa la lluvia, un monzón que contempla las aberraciones, el alcohol y la muerte misma.
Somerset Maugham escribió: “A cada tiempo su locura, a cada tiempo su sabiduría”. La de este libro está perfectamente descrita en su propio título: “El temblar de una hoja”.
Si hay algo que atraviesa de parte a parte este libro es precisamente la conciencia de nuestra fragilidad, el precario equilibrio de nuestros afectos y de nuestras convicciones. Y no es poca sabiduría para quien se atreva a pensarla hasta sus últimas consecuencias.”
Lectores, amigos de Bitácora Multimedios, los invito a que lean esta obra por demás interesante, y que hagan del ejercicio de leer un hábito, una costumbre maravillosa en donde curiosamente aprendemos de nosotros mismos…