En esta vida metropolitana. “No se enoje, la ira va al parejo de la mala educación”. SEC
Desolada
vida extravagante
se mece en sillón, lleno de ocio,
donde las regiones remotas del alma
brillan al amanecer de sus desnudeces
en un silencioso pedestal.
En la pupila de los gatos
ruedas rojas y su pelambre de suelo
reposa en las piedras firmes
calladas y atentas.
Las ventanas suben sus párpados
ahí está
la engañosa apariencia de la vida
en llanto de letras rojas
al gritar su miedo.
El miedo suplicante
ingiere café,
y con él se chamusca
la aventura.
Las paredes
se oscurecen,
los rifles cantan,
seducen la nada
los cristales rotos.
Los sueños sin rostro
fracturados, en silencio
en el césped
se apagan
el farol quiebra la sombra,
y resbala en silencio.
Las calles en declive
regresan el olor a realidad
los pies extraviados
se arrastran
temerosos.
La lluvia saluda
los paraguas
en luto persistente
otro muerto,
nunca deja de llover
tristeza
espera ansiosa
soldado, pueblo
angustia.
La ciudad en pie
vive
espera
acaricia el tiempo
en reloj descompuesto
recorre los minutos
sin prisa de vida
desdeña
a las jacarandas
vestidas de lila
en zigzag de mieles.
Un farol, un árbol, el viento, un hombre
tendidos sobre la calle
deletrean el tiempo
hilando en el vacío,
reinventan la vida
otra vez.
Edilzar Castillo E.P.D.