Citlalli Cantú Gutiérrez
Acontecimientos a lo largo de la historia, semejan el ingreso a un laberinto, así es cómo Octavio Paz, en su obra “El laberinto de la Soledad” nos adentra, a través de sus ensayos, a ese profundo trayecto de ruta incierta, que explora la entrada y la salida de la complejidad sobre el origen, fundamento y forma de quienes han sido y somos descendientes del más enredado linaje surgido de la mezcla de las culturas del choque de dos continentes. ¿Quién se puede imaginar si los navegantes de Colón, al ver hacia el horizonte en el mar, que en realidad se estaban adentrando a un intrincado laberinto del cuál nadie imaginó qué resultado se tendría? Todos esos caminos que se abren y se cierran mientras se avanza en el devenir de la historia, las interrelaciones, las uniones, las separaciones, trazan el origen embrollado de una sociedad que emerge y que se funda, día a día, año a año, siglo a siglo y cuya manifestación en la idiosincrasia del ser es descrito por Paz en este libro.
El laberinto de la soledad refleja el laberinto de la sociedad que se entraña en todos y cada uno de los personajes que manifiesta de manera muy detallada, a partir de la descripción de las personalidades de los pueblos originarios de nuestro continente, haciendo una analogía sobre las características de las sociedades en la Europa durante el periodo del imperio Romano, del territorio; el recibimiento de los exploradores de allende el mar.
¿Existen reglas para salir de un laberinto?
Octavio Paz describe cómo se gesta la soledad en sociedad, en el momento en el que se rompe la cosmovisión de las sociedades existentes, y las mujeres son violadas por entes ajenos que a la vez desconocen su descendencia y abandonan a la sociedad naciente. A través de los distintos capítulos, se pasa la historia de nuestro país, remembrando escritores, poetas, filósofos y diversos pensadores que han sido parte fundamental en la documentación cultural y política de nuestra sociedad. Cómo a través de las artes diversas: escénicas, plásticas, políticas y hasta económicas, se forjó la sociedad. La existencia de los pachucos y su caracterización originaria derivada de no ser de una parte y de ninguna otra; o cómo las máscaras se convierten en el verdadero rostro de la gente, desde tiempos remotos hasta la actualidad. La conquista, la independencia, la revolución mexicana narradas a través de la escritura y del carácter de los protagonistas se revelan en la obra de Paz, para remarcar el carácter idiosincrático de la personalidad mexicana.
Sin embargo, a pesar de que a lo largo de los ensayos se extrae el ADN cultural del mexicano, la obra toma un impresionante giro, cuando de manera alucinante desentraña que, al final, la búsqueda de nosotros mismos no sólo transcurre en este sólo lugar, se puede describir la intelligentsia del mexicano, pero no es exclusiva, pues no hay otro mundo que en el que todos vivimos y somos igualmente los mismos habitantes del planeta en búsqueda cada quien de la descripción de la naturaleza de su ser, en soledad, en sociedad.
Nacer y morir son dos eventos que se hacen en soledad, y no, porque no nacemos de la nada ni morimos si nadie se da cuenta, pero si, de acuerdo con el autor, vivimos en un laberinto dónde todos estamos solos, pero si hay una luz que nos muestre el camino, y el mismo Octavio Paz lo señala, quizá sin darse cuenta, cuando habla de la esencia del amor. Paz nos regla entonces no un laberinto de la soledad, sino de la sociedad.
Colección 21 para el 21, un gran motivo para leer y releer “El laberinto de la soledad” de Octavio Paz.
Club de Lectura Ciudadano “El Ahuehuete”. Sesiones: primer viernes de cada mes a las 7pm por Google Meet: https://meet.google.com/opu-bfqa-qtd . Mayores informes al 414-122-6186.