Mario Alberto Hernández
Twitter @mhmetacoach
La semana pasada el presidente López Obrador, comentó en la mañanera la posibilidad de poner un control de precios a algunos productos alimentarios para frenar la inflación ¿esto es una buena idea?
La teoría económica define la inflación como un aumento sostenido y generalizado en el nivel de precios; por otro lado, demuestra que cualquier intervención en el mercado por parte del Gobierno, siempre termina distorsionando los precios. El índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) que mide el valor en pesos, de las transacciones dentro del territorio nacional y es lo que llamamos el índice inflacionario.
Cuando el nivel de precios aumenta, es decir hay inflación, nuestro dinero vale menos, pierde poder adquisitivo y una tentación del Gobierno, siempre será controlar ese aumento de precios, por diversas razones: porque su discurso político va en esa línea; porque suena popular frenar la inflación, como muestra de “un gobierno que cuida al pueblo”.
Vivimos una situación post pandémica cuasi-inédita; porque, aunque en la historia del mundo se registran otras epidemias; nunca como ahora habíamos estado en un mundo globalizado y mutuamente dependiente, por lo que el fenómeno de la inflación también es global y
cualquier medida artificial por controlarla ocasionará efectos nefastos en el corto plazo.
La inflación en el mundo tiene al menos dos razones poderosas por un lado se rompió la cadena de suministros a nivel internacional, lo que ha ocasionado escasez de productos de todos los sectores, desde alimentos básicos hasta partes de automóviles o productos suntuosos y por otro lado, los efectos del encarecimiento de los combustibles, efecto de la invasión de Rusia a Ucrania. Esto es, México “no se cuece aparte” por el contrario es uno más de los países a los que la inversión llega de forma directa, para sumarse a esa cadena productiva internacional.
¿Qué podemos hacer ante este evento? lamentablemente casi nada, las recomendaciones son pocas: cuidar el gasto que hacemos con intereses, administrar el ingreso que tenemos, cuidar el empleo; a nivel macro, el Gobierno puede esperar un poco, se recomienda al final del 2º trimestre del año, para poder tener información completa de qué tan fuerte ha sido el efecto post-pandemia y entonces tomar medidas, muchos analistas coincidimos en que esto es pasajero, pero medidas de control de precios en un periodo electoral, suenan peligrosamente aceptables para los electores.
Para muchos de nosotros que ya vivimos en los años 70´s esta política de control, ya sabemos el resto de la historia: mercados negros, acaparamiento y escasez innecesarias. Ojalá que ese fantasma, no salga de su tumba y aterrorice a las nuevas generaciones.