Escribe:- Isaac Mejía Hernández
En este mes, se dieron a conocer dos feminicidios que conmocionaron a los mexicanos, cometidos en contra de Victoria Guadalupe y Debanhi Escobar.
Victoria, una menor de 6 años, que fue vista con vida por última vez el 6 de abril, cuando desapareció tras ir a la papelería dentro de su fraccionamiento en el Municipio de El Marqués; días después, su cuerpo fue encontrado cubierto con plástico sin signos vitales, en un paraje cercano a su hogar; y Debanhi Escobar, una joven de 18 años que fue privada de su libertad y posterior a una larga búsqueda, se localizaron sus restos en un motel el cual ya había sido cateado un par de veces antes, donde se vislumbró un pésimo actuar del gobierno de Samuel García.
Cabe mencionar que los dos asesinatos se cometieron en distintos Estados, con diferentes partidos en el gobierno y en contextos diversos, pero que causan el mismo dolor, hartazgo e indignación a todo el País. Los feminicidios de Victoria y Debanhi, son dos casos más en un México violento, que en lo que va del año se perpetraron 8000 homicidios y aproximadamente hay cien mil personas desaparecidas.
como feminicidios, amén que es uno de los primeros países de América en donde ser mujer es un peligro y que en los últimos 5 años este delito ha aumentado en un 137% y así nos podemos seguir con datos y cifras, pero aquí es donde nos damos cuenta que ésta situación queda fuera de todo tinte político y partidario, que las hoy occisas no son números ni estadísticas, eran madres, hijas, hermanas, amigas, mujeres con planes, metas y sueños y ahora sus familias, conocidos y millones de mexicanos exigimos justicia para ellas.Ante tales cifras, lamentablemente nos encontramos con un presidente indolente, que no detiene sus promesas y proyectos para guardar luto y él cual sigue arremetiendo contra periodistas, empresarios, políticos o incluso artistas por cuestiones personales e intrascendentes, dejando a un lado los temas que lastiman a México, porque cuando la ciudadanía calla, la impunidad triunfa y cuando el pueblo no reclama el Gobierno perdona.