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- En Querétaro hay 14 mil personas con discapacidad auditiva.
- Hace solo 15 años, la Lengua de Señas Mexicana fue reconocida como lengua nacional.
De 5 millones 739 mil 270 personas con discapacidad que viven en México, 12.1% son sordas, es decir 694,451 habitantes del país padecen deficiencia auditiva, esto representa 1.3% de la población según cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística.
En Querétaro, hay 14 mil personas con discapacidad auditiva, quienes tienen derecho a más y mejores políticas de inclusión social.
“La semana del 21 al 26 de septiembre ha sido elegida para conmemorar la Semana Internacional de las Personas Sordas, para recordar una lucha constante por defender nuestros derechos y demostrar nuestras capacidades”, comenta Olivia Castorena Hidalgo, docente de la materia de Lengua de Señas Mexicana de la Universidad Mondragón México (UMx)
La materia es impartida a todos los estudiantes de las licenciaturas de Psicología y de Educación con Enfoque en Inclusión, de la Facultad de Psicología y Educación de la universidad como parte de su compromiso con la promoción de la inclusión.
“Escucha nuestras manos”, es la invitación que hace Olivia Castorena, quien es representante de la comunidad sorda del estado.
“En estos días, se busca sensibilizar y concientizar a la sociedad sobre las necesidades particulares de los sordos y la importancia de crear programas que permitan su inclusión dentro de todos los ámbitos”, agrega la académica.
Como parte de este esfuerzo, la Federación Mundial de Personas Sordas (WFD), estableció el 23 de septiembre como Día Internacional de La Lengua de Señas. Un día de mucho orgullo e importancia para la comunidad sorda, el cual recuerda un recorrido de dificultad por la historia, para que la lengua de señas fuera aceptada y establecida como una lengua oficial.
En el siglo XIX, la comunidad sorda internacional fue reprimida por la decisión del “Congreso Internacional de Educadores Sordos” de 1880 donde se declaró que la educación oral era mejor que la lengua de señas. Como resultado, se prohibió el lenguaje de señas en las escuelas para sordos.
Por muchos años, la lengua de señas fue un método rechazado o poco valorado. Fue hasta el 2005 cuando en nuestro país, fue reconocida como una lengua nacional y pasó a formar parte de nuestro patrimonio lingüístico. Es por ello que, la semana que acaba de concluir y en particular ese día, tienen gran valor. Su relevancia se manifiesta al hacer valer el derecho de comunicación que por tanto tiempo fue invisible y negado.
Actualmente en México, la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad reconoce a la Lengua de Señas Mexicana, como una lengua nacional, lo que la convierte en patrimonio de la nación.
“El Día Internacional de la Lengua de Señas marca un hito y avance para lograr que la comunidad internacional adopte la lengua de señas como un instrumento valioso, que permite a las personas sordas el disfrute de los derechos humanos en igualdad de condiciones con los demás”, destaca Castorena.
“La lengua de señas –agrega-, no solo es mover las manos, dentro de ella se manifiesta una expresión máxima de ideas, libertad y comunicación a través del movimiento de las manos, la expresión corporal y facial. Fomenta el aprendizaje, la enseñanza, el trabajo y la participación en la vida pública y privada. Por lo cual, su uso y fomento en la sociedad se convierte en un factor esencial para preservar su sentido de identidad y comunidad”.
Aunque ha habido grandes avances en el respeto e inclusión de las personas sordas, aún existe una gran brecha para que realmente exista una completa inclusión.
Brecha que no solo está presente por las barreras de comunicación sino también por la indiferencia hacia la cultura sorda, sus necesidades, imponiendo muros sociales, de desigualdad, falta de empatía o un sentir de lástima, que impide la participación y desarrollo pleno de las personas sordas.
Es por ello, que en esta semana, se hace una invitación a la sociedad para recordar esta lucha, y para que se una para generar un cambio de pensamiento y perspectiva, se acepte la diferencia y la diversidad, así como el fomento de la comunicación a través de sus diversas manifestaciones.
“Por lo que, no solo se construyan puentes de comunicación con la voz, sino que también todas nuestras manos se unan y sean escuchadas con el fomento de esta valiosa lengua”, concluye Castorena Hidalgo.