Por. Mario Alberto Hernández
En 2008, Taleb Nassim Nicholas publicó un libro llamado “El cisne negro” que es una amplia reflexión sobre los sucesos improbables y la importancia de sus consecuencias, en resumen, Nassim nos proponía un reto sistémico postulando que si una persona no había visto un “cisne negro”, no significa que no existiera un cisne negro sólo quizás, que era improbable su aparición, pero con la mínima posibilidad es suficiente para que surgiera en cualquier momento; que no haya nevado en el desierto, no significa que eso no pueda suceder, que no hayamos visto algo poco probable, no significa que no pueda o vaya a suceder en este sentido muchos eventos que consideramos improbables, cuando suceden se convierten en crisis, precisamente porque no estábamos preparados.
Estamos acostumbrados a ver sucesos y luego estudiarlos y al final explicarlos, con lo qua saciamos nuestro deseo de explicarnos el mundo; sin embargo, lo que estamos viviendo primero con la pandemia y ahora con la post pandemia, son parte de un “cisne negro” que no esperábamos, a pesar incluso, de que ya conocíamos que en la historia de la humanidad han habido este tipo de situaciones, la última por cierto en 1918, es decir, hace cien años.
La pandemia desafió varios aspectos de la humanidad, la disciplina, la solidaridad, la investigación científica y ahora con la post pandemia, la resiliencia.
En las próximas semanas usted escuchará sobre la crisis alimentaria que viene y no, no deseo ser un avatar de malas noticias; es la simple lógica de los sucesos post pandémicos y el atravesar al mismo tiempo, una guerra que, de nuevo, nadie esperaba.
Hace 35 años le apostamos a la globalización y nos fue bien, obviamente nos pudo ir mejor con Gobiernos menos voraces y con mayor autoridad moral, lo cierto es que hoy estamos en éste punto, por lo que a la par de la bonanza la globalización nos plantea un problema que no veíamos, el eslabonamiento de la escasez que hoy es el cisne negro de la economía.
La inflación mundial como ya he dicho, no es un problema local, sino global, basado en la escasez, por lo que las medidas monetarias (intentos de paliar el problema mediante afectaciones a la tasa de interés) tendrán un efecto pasajero y en una de esas, corrosivo en el mediano plazo.
Así como hace dos años apareció un cisne negro que nadie esperaba, es posible que una súbita solución en el conflicto Rusia-Ucrania resuelva las cosas y se estabilice el clima económico, la probabilidad es muy baja, pero como apunta la reflexión de Taleb Nassim, no significa que no sea posible.
Le deseo buenos negocios, una supervivencia a este tiempo que le lleve a descubrir nuevos talentos y soluciones.
Nos leemos en la siguiente entrega.
Mario Alberto Metacoach
Twitter @mhmetacoach