“Donde pensábamos que iba a estar la gran diferencia que nos separa de los otros primates resulta que no la vemos”.
Los humanos han conseguido en poco más de un millón de años que sus cerebros sean tres veces más grandes que los del resto de primates, pero esto no explica lo que hace único a nuestro cerebro. Ahora, un nuevo estudio constata empíricamente que este órgano primario es el que da identidad a nuestra especie.
Los resultados se publican hoy en la revista Science, en un artículo que lidera Nenad Sestan, de la Universidad de Yale, Estados Unidos y del Instituto Kavli de Neurociencias Connecticut, Estados Unidos, y que cuenta con la participación de tres científicos del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona (IBE).
Sin embargo, los investigadores se llevaron una sorpresa: encontraron similitudes en cuanto a la expresión génica en el neocórtex, la parte implicada en el aprendizaje de orden superior que más nos diferencia de los simios: razonamiento y pensamiento abstracto.
“Donde pensábamos que iba a estar la gran diferencia que nos separa de los otros primates resulta que no la vemos”, apunta el investigador español, quien no obstante recalca que no se pueden sacar conclusiones de semejanza en las capacidades de abstracción o razonamiento entre humanos y simios: sencillamente se han registrado similitudes en la expresión génica en esa zona, según Tomàs Marquès-Bonet