Escribe.- Isaac Mejía Hernández
Para los mexicanos, no hay nada que nos irrite y moleste más que la corrupción, este cáncer afecta en todos los aspectos de la vida pública, verbigracia, político, económico, judicial, etc. Prueba de este hartazgo, fueron los resultados de las elecciones del 2018, la mayoría del electorado salió con esa premisa a emitir su voto, esperando la victoria del actual presidente y con ello se enjuiciara a algunos actores políticos de diferentes niveles de gobierno por la comisión de esta conducta antijurídica. Un suceso claro de corrupción que afectó nuestro País fue el de Odebrecht.
El caso Odebrecht es el mayor caso de corrupción de América Latina, alcanzó a más de 12 gobiernos, entre ellos Perú, Brasil, Panamá y México. En el País andino, por ejemplo, fue tal el grado de impacto de este hecho, que llevó al suicidio a un expresidente y dos más con un proceso judicial por este histórico caso de corrupción. Pero en México, después de mucho tiempo, solo hay un procesado por este asunto, Emilio Lozoya.
Esto último lamentable, es inconcebible que en una campaña y gobierno permeados por la lucha contra la corrupción no haya resultados tangibles (lejos de Investigaciones por parte de Santiago Nieto), y es que hay mucha incongruencia entre el discurso y las acciones que se han implementado, no existen políticas públicas verídicas y certeras que se avoquen a reducir este mal social, no hay en prisión ningún expresidente por el caso anteriormente mencionado, ni por ningún otro, ¿Cómo se quiere acabar con la corrupción si quedan libres e impunes los ex mandatarios?.
Datos de 2019 arrojan que México se encuentra en el lugar 130 donde 1 es el país más transparente y el 180 el más corrupto, aún nos encontramos en un pésimo lugar a pesar de ser una prioridad para el Ejecutivo Federal.
En 2019 la percepción de corrupción bajó casi un 20%, esto es resultado de unsinfin de discursos anticorrupción e integridad gubernamental, pero hasta la fecha no se ha cumplido con la promesa de abrir procesos contra pasadas administraciones; tal parece que Obrador no ha entrado en funciones para poder combatir la impunidad que ha existido por tantos años en esta materia. Urge que AMLO tome protesta, que le llegue 1ero de Diciembre del 2018 para sancionar a los máximos corruptos que han dañado tanto a nuestro País.