*** Prácticamente todos los municipios cercanos a las zonas metropolitanas, reducen su campo agrícola.
*** Lo saben las autoridades de la SEDEA y de la SAGARPA, pero no hay quien detenga el crecimiento.
Por Raúl Rosillo Garfias
La expansión de la mancha urbana en los municipios cercanos a las zonas metropolitanas, está siendo severamente impactada por el crecimiento de la población, pero también por el avance de las superficies en donde se construyen viviendas y empresas, cercenando terrenos agrícolas con mucho potencial, generando especulación del valor de la tierra, y el ejemplo son municipios como San Juan del Río, Pedro Escobedo y Tequisquiapan, pero también en Colón por hablar de algunos lugares.
Hay consideraciones especiales, para algunos municipios, como el de Pedro Escobedo, que por años ha sido considerado como el granero del Estado, las consideraciones de dependencias especializadas, como la SEDEA, o la SAGARPA, dicen y califican a esta zona como una zona o cuenca en donde existen suelos de muy alta calidad, que permite tener rendimientos en varios cultivos, que son ejemplo no sólo local, sino nacional inclusive, a tal grado que hay muchos ranchos productores que se dedican a la exportación de sus productos.
En el caso del Plan de San Juan del Río, considerado como uno de los más fértiles del país, y no de ahora sino desde la época de las haciendas, lo que motivó que los extraordinarios trigales que aquí se producían generaron el nacimiento de molinos harineros ejemplo de producción nacional, pero aun así la región se consideró como un centro agrícola de los más importantes del país, en donde se pueden enumerar productos como la alfalfa, la avena forrajera, maíz, frijol, sorgo, trigo, chile, nopales, uvas y desde luego las huertas de frutales en donde destaca la producción de duraznos…y en otros lugares se dio paso a la producción de hortalizas como el brócoli, la zanahoria, el tomate y ahora ya también a los berros y a los pepinillos gracias a la agricultura protegida.
San Juan del Río está ubicado en una zona extraordinariamente estratégica, le ha permitido sobrevivir y seguir siendo importante en este terreno de la producción primaria, pero también hay industria y comercio, el desarrollo urbano, lo que ha disminuido las áreas de producción agrícola de manera sensible.
En el caso de Tequisquiapan, en donde priva el clima semiárido, templado y con suelos de calidad, que presentan algunas limitaciones, han sido aprovechados para la agricultura, gracias a una batería de pozos profundos, pero también por algunas bondades que ofrece el paso del Río San Juan y la presencia de la Presa centenario, aunque el agua de esta es propiedad de San Nicolás de Tecozautla, pero la realidad es que aquí en este municipio el crecimiento de las casas de descanso, los fraccionamientos de buen nivel de vida, han reducido la zona productiva en materia agrícola, la ganadería es incipiente.
El crecimiento de la mancha urbana en Querétaro ha llevado a que muchas propiedades agropecuarias sean absorbidas por zonas habitacionales e industriales. Municipios como Corregidora, El Marqués y Querétaro han visto cómo granjas y ranchos quedan atrapados en la expansión urbana, lo que ha reducido la superficie destinada a la agricultura y ha modificado el paisaje rural.
En resumen, la expansión urbana en Querétaro ha tenido un impacto significativo en las tierras agrícolas de municipios con suelos fértiles como San Juan del Río, Pedro Escobedo y Tequisquiapan. Este fenómeno plantea desafíos para la sostenibilidad agrícola y la conservación de los recursos naturales en la región.