Por Claudio Osornio
El arte de aventar la piedra y esconder la mano
Durante el primer debate de candidatos a Diputados Federales por el Segundo Distrito, se llevó a cabo esta semana en el Campus de la UAQ en San Juan del Río y algo quedó muy claro: “las descalificaciones y los golpes bajos”, son utilizadas sólo por aquellos candidatos que no tienen argumentos o propuestas serias.
Tal fue el caso del candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) Jorge Luis Montes; quien tras mostrar una muy pobre visión de la problemática que enfrentan los municipios de San Juan del Río, Tequisquiapan y Ezequiel Montes, prefirió darle un “rozón” al candidato de la Coalición “Por México al Frente”; Esaú Magallanes, al asegurar que industrias del empresario contaminaban el Río San Juan.
En la lógica de Jorge Luis Montes, tomar dicho atajo era la manera de atraer los reflectores y estaba en lo cierto. El problema para él, fue que al momento de ser abordado por reporteros locales, para conocer más del tema, no aportó mayor prueba y prefirió dar “marcha atrás”. En mi pueblo a eso se le dice “el arte de aventar la piedra y esconder la mano”.
Y es que justo al término del evento organizado por autoridades universitarias, quedó la clara sensación de que el candidato que más le “sacó jugo” al formato, fue el priista Antonio Macías Trejo, el que más “propuso” fue el candidato de la Coalición “Por México al Frente” Esaú Magallanes y el que más se “extravió” fue el candidato de MORENA, Jorge Luis Montes.
Está visto y comprobado, que interpretar los discursos de Andrés Manuel López Obrador, no es y no será suficiente para que los candidatos locales de MORENA se impongan. El pasado lunes en el Campus Universitario fue un hecho que el candidato a Diputado Federal, no logró siquiera permear a un público “a modo”. En pocas palabras le quedó grande la candidatura.
La improvisación cobra factura de inmediato y el psicólogo Jorge Luis Montes, es el primer candidato de MORENA que ha comenzado darse cuenta de lo que implica navegar en “agua salada” y no en “agua dulce”. Seguramente vendrán otras experiencias en la misma tesitura.
Sin embargo y con el afán de aprovechar el espacio de análisis periodístico, agregamos que en el tema por ejemplo de Antonio Macías, es importante reflexionar sobre los alcances que se perciben en las dos propuestas “tipo” que viene esgrimiendo con insistencia el priista.
La primera de ellas, relacionada con la creación de un observatorio ciudadano que transparente el trabajo de los diputados federales, puede “encimarse” con la función que ya realizan otros organismos similares. Nos parece que Macías Trejo tiene que clarificar la misión, la visión y el objetivo de su propuesta.
La segunda, que está relacionada a la disminución de su propio salario como legislador -en caso de que resulte ganador de la contienda- hay que dejar establecido que esta idea puede “endulzar el oído” de unos cuantos electores. No más allá de eso. Ojalá el candidato que llegue a ser nuestro próximo diputado federal, de la batalla por una ley que regule los salarios de todos los servidores públicos en éste país. Hay cosas que no se cuentan, pero cuentan mucho.
Así las cosas, nos leemos en la próxima entrega…