Por Raúl Rosillo Garfias.-
Cada vez hay que estar más convencidos de que lo que rápido nace, rápido muere… y no es el deseo social, sino el hartazgo el que está poniendo a prueba a Morena, aunque hay legisladoras que dicen que será un milenio el que durará este partido en el poder… La realidad es que los embates internos del partido entre los grupos, los señalamientos externos de los opositores, las realidades no virtuales sino específicas de algunos de sus líderes y dirigentes, tanto legisladores como dirigentes, los tienen contra la pared, digan lo que digan, y mantengan con granjas o con dinero su popularidad. La realidad es que el 2027 les cobrará una de las primeras facturas amargas que deberán pagar…
¿Qué es todo esto?, podrían preguntarse, pero les digo: la asistencia al registro de nuevos integrantes de Morena en el padrón electoral fue pírrica contra lo que estaban presumiendo. La idea es generar la presencia de Morena en los seccionales de todo el estado y del país; esa es la meta, pero la otra es que se cumpla con el número de 10 millones de afiliados para convertirlo en el partido más grande del mundo… un gran proyecto sin duda, pero la crítica es severa: no tienen trabajo territorial, no tienen calle, se han convertido en un partido burócrata, no se ve a su dirigencia, no se ven los liderazgos, los legisladores, en el trabajo de campo. Se los han encargado a los servidores de la nación y eso tiene remberse, dirían en el billar… donde está materializada la frase de… trabajo mata grilla… donde se da el activismo permanente… pero hoy se margina a la militancia, y el escenario para Morena en el 2027 pudiera ser catastrófico… y no lo digo yo… lo dicen los de adentro…