Por Claudio Osornio
Digan lo que digan, los acontecimientos trágicos del 2 de Octubre de 1968, marcaron a varias generaciones de mexicanos. Incluso ante la revelación de algunos hechos concretos, ocurridos en la Plaza de “Las Tres Culturas”, las nuevas generaciones, han comenzado a percatarse de la importancia histórica de éste suceso.
Esta semana visitó el Callejón del Coyote, el profesor Claudio Galicia Jiménez, quien participara como “Juez de Cronómetro”, en varias competiciones de atletismo, que se desarrollaron justamente en 1968, cuando nuestro país albergó los Juegos Olímpicos.
La experiencia que vivió el profesor Galicia Jiménez, y que compartió con el auditorio de Bitácora Radio, ejemplifica con claridad el “gran temor” que evidenciaba la administración del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz, ante la posibilidad de que grupos de estudiantes -lograran en efecto- desestabilizar el evento deportivo.
Los tiempos de Díaz Ordaz, eran tiempos de “miedo y temores”, nos platicó el profesor Claudio Galicia en la segunda emisión de Bitácora Radio. Originario del estado de Puebla, Claudio Galicia arribó a San Juan del Río en los años 60’s, aquí comenzó su carrera docente en Educación Física y formó una familia.
En 1968 justo cuando se realizaban los preparativos para la realización de las Olimpiadas en México, el Gobierno Federal realizó un “monitoreo” de todas aquellas personas que pudieran colaborar, para la realización del evento deportivo, más importante a nivel mundial.
Claudio Galicia participó activamente como Juez de Cronometro, en diversas pruebas de atletismo, dentro de éstos monitoreos. Quedó integrado formalmente al equipo de Jueceo Olímpico, desde el mes de septiembre del fatídico año 1968.
Sus primeras noches en la capital de la república, recordó nuestro invitado, estaban acompañadas de noticias alarmantes, la mayoría de ellas; que tenían que ver con el conflicto estudiantil, desatado semanas antes, y que como “bola de nieve” crecían cada día más.
A su vez, el evento deportivo internacional, programado a finales del mes de Octubre, sumaba más tención a un gobierno federal, que daba muestras de estar nervioso y errático en su toma de decisiones.
El linchamiento de varios estudiantes, todos ellos presuntos simpatizantes comunistas, en el estado de Puebla, encabezado por sacerdotes católicos, fue el aviso y a su vez detonante, de lo que ocurriría semanas más tarde, ya en plena capital de la república.
En ese sentido, el profesor Galicia reconoce que el Gobierno Mexicano y gran parte de la sociedad de éste país, estuvo “de siempre” influenciado por intereses del Gobierno de los Estados Unidos. Sin embargo la tesis de que los más de 50 jóvenes huelguistas, que terminaron acribillados en Tlatelolco, la tarde noche del 2 de Octubre, eran “manipulados” por intereses soviéticos, simplemente no encajaba en realidad.
Y es que “la rebeldía” de los estudiantes -a ojos incluso de atletas mexicanos que participaron en los juegos olímpicos- era “casera” y no por cuestiones de ideologías políticas. Todas las versiones que “politizaban” los hechos sangrientos ocurridos en México en 1968, tenían la única intención de censurar y no de informar, concluyó el profesor Claudio Galicia Jiménez.
Así las cosas, nos leemos en la próxima entrega…