Por Claudio Osornio
¿Representantes imperiales o antagonistas populares?
Por decreto presidencial, a partir del 1 de Diciembre del 2018, Gilberto Herrera Ruiz, se convertirá en el “representante imperial” de Andrés Manuel López Obrador, en el Estado de Querétaro. Para ello el ex rector de la UAQ, abandonó su sueño de ser Senador de la República y entró súbitamente a la realidad política de un sexenio que aún no ha comenzado, pero ya se percibe su aroma.
En los hechos, poco o nada se sabe de las facultades y los alcances operativos, que tendrá la nueva “Súper Delegación Federal” que encabezará el doctor Herrera Ruiz. En teoría -adelantan los pomposos militantes de MORENA- por su oficina tendrán que pasar “todos” los asuntos que le interesan al Gobernador Francisco Domínguez Servién.
Y si esto es cierto, Gilberto Herrera deberá ser muy prudente y cauteloso en la manera en cómo se desenvuelve. No en función del Gobierno del Estado y de sus autoridades constitucionales. Lo que debe preocupar a don Gilberto, es el electorado. La historia no se equivoca; ningún “representante imperial” figura por su popularidad. Por el contrario ese papel está reservado para los “antagonistas” de la historia.
Prácticamente en todo el territorio nacional crece la duda y la incertidumbre de los gobiernos estatales y de sus vasos comunicantes, por la conformación de la nueva estructura gubernamental que propone el Presidente Electo.
El “tono” en cómo se han difundido, estas nuevas políticas públicas, habla de que son auténticos “lineamientos” que el virtual Presidente Electo, implementará, a su máxima expresión y tendrán que ser acatados, en la misma medida. No se entendería de otra manera.
Más de 4 mil burócratas federales, están viviendo sus últimos días como empleados gubernamentales y la mayoría de ellos en edades entre los 35 y 50 años de edad. Es decir con una vida útil y productiva por delante. Además con un sistema de jubilación y pensiones que por su volumen será un tema a tratar y cabildear desde éste momento.
Pero, más allá de irnos directamente a los saldos superficiales, de esta nueva forma que tendrá el Gobierno Federal en los Estados, hay que subrayar que el Plan Nacional de Austeridad Republicana que propondrá a partir del 1 de Diciembre el presidente López Obrador, sólo alcanzará a cubrir, en el mejor de los casos, entre el 7 y 8 por ciento del presupuesto de egresos para el 2019.
Vamos a esperar los primeros resultados de éste nuevo esquema de gobierno y no sólo eso, sino incluso daremos el beneficio de la duda. Sin embargo, desde ahorita sostenemos y reafirmamos que los “Súper Delegados Federales” no traerán una “barita mágica” bajo el brazo.
Un presupuesto con sólo algunos puntos porcentuales, por arriba del que se aplicó en el 2018, no puede ser “pretexto” -ni ahora, ni después- para llegar a trastocar las estructuras de los gobiernos estatales, que están en funciones en todas las entidades del país y avalados legítimamente por las urnas.
Si los “representantes imperiales” quieren ganar protagonismo electoral presentando sólo “mini-baritas mágicas”, corren el riesgo en convertirse en simples empleados o súbitos federales, que sólo será recordados por ser simples “antagonistas populares”.
Así las cosas, nos leemos en la próxima entrega