Bitácora 686.-
Por Raúl Rosillo Garfias
En este y en todos los tiempos, quienes manejan los programas sociales de los gobiernos, se convierten de manera inmediata en las maquinarias electorales, para los próximos comicios… estos tienen la magia en el dinero del erario de transformar la pobreza de la gente en votos… y cada vez que esto sucede se hace de manera mucho más sofisticada, pues aun existe el tema del miedo, el tema de la amenaza y de la coacción, cada vez de manera más velada y menos susceptible pero se da… sobre todo en un tiempo en donde los ciudadanos, el pueblo se ha olvidado de la lectura como un medio para estar informados… y dicen los sabios como… Miguel Delibes… que los pueblos sin literatura son pueblos mudos… cierto.
Tal vez los partidos políticos no se han dado cuenta de que el tejido político institucional esta en franca decadencia, y que en algunos casos ante la falta de generación de cuadros, de preparación de nuevos liderazgos, se ha puesto prácticamente en etapa terminal… y que esto obligará a todo el sistema político a volver los ojos a la sociedad civil, de donde habrán de sacarse los futuros gobernantes que hayan logrado algo de autoridad moral en sus entornos…
El estremecimiento político y social al que aspiraban algunos intelectuales y periodistas antes de la llegada de Andrés Manuel López obrador al poder, no se ha dado ni se dará, porque la clase política se niega a realizar cambios importantes y trascendentes que le de el empujón que reclama la vida nacional y en la que todos deben estar involucrados… no es la polarización la que vendrá a sacar del agujero al paìs, es la unidad y la convocatoria para lograrlo ha sido pobre.
En la actualidad los partidos, la sociedad misma se debate en una más de indefiniciones, apatía, hartazgo, enojo… y sobre todo de incredibilidad, porque no existe una resolución para participar en el verdadero debate que requiere México en este momento más que nunca… y ante todo esto hay que decirlo así, el juego de la oposición no es mas que un juguete y ni siquiera de los caros… es un juguete endeble… con el que nadie quiere jugar.
Y como hoy las oposiciones para tener una lengua larga, debieran tener una cola corta, es difícil, en una más de indefiniciones en donde las leyes son para los más pobres, porque los ricos y los poderosos las desobedecen o lucran con ellas… y se llega a extremos en donde se dice que no hay juez que no se compre con dinero… entonces la ley es un traje a la medida de lo que se carga en los bolsillos.
Y en este ciclo interminable de comienzos que es la vida, también hay infinidad de finales, unos felices y otros no tanto, pero finales y que pone a prueba la creatividad de una sociedad que se niega a luchar por lo que reclama más que en silencio…