Por: Margarita Sánchez.
Los trastornos del espectro autista (TEA) son discapacidades del desarrollo causadas por diferencias en el cerebro. Las personas con TEA con frecuencia tienen problemas con la comunicación y la interacción sociales, y conductas o intereses restrictivos o repetitivos. Las personas con TEA también podrían tener maneras distintas de aprender, moverse o prestar atención. Es importante señalar que algunas personas sin TEA también podrían tener algunos de estos síntomas. Sin embargo, en las personas con TEA, estas características pueden dificultar mucho la vida.
Las capacidades de las personas con TEA pueden variar de manera significativa. Por ejemplo, algunas personas con TEA podrían tener destrezas de conversación avanzadas, mientras que otras podrían no expresarse verbalmente. Algunas personas con TEA necesitan mucha ayuda en su vida diaria; otras pueden trabajar y vivir con poca ayuda o nada de ayuda.
Existen diversas formas con las que se puede identificar si la persona cuenta con esta discapacidad, entre estas se encuentra el retraso en las destrezas del lenguaje, el movimiento y en las cognitivas o de aprendizaje; la conducta hiperactiva, impulsiva o distraída, la epilepsia o trastornos convulsivos; hábitos de alimentación y de sueño inusuales, problemas gastrointestinales como el estreñimiento; estados de ánimo o reacciones emocionales inusuales; ansiedad, estrés o preocupación excesiva y tener más miedo de lo normal o de lo contrario no tener miedo ante ninguna circunstancia.
Las destrezas de comunicación e interacción sociales pueden ser un desafío para las personas con TEA.
Algunos ejemplos de características de la comunicación social y de la interacción social relacionadas con los TEA al inicio de la vida del ser humano son:
- Evitar mirar a los ojos a otra persona o no mantener el contacto visual.
- No responder cuando lo llaman por su nombre, hacia los 9 meses de edad.
- No mostrar expresiones faciales como de felicidad, tristeza, enojo y sorpresa, hacia los 9 meses de edad.
- No participar en juegos interactivos simples como dar palmaditas con las manos, hacia los 12 meses de edad.
- Usar pocos o ningún gesto, hacia los 12 meses de edad (por ejemplo, no decir adiós con la mano).
- No compartir intereses con otras personas, hacia los 15 meses de edad (por ejemplo, no mostrar un objeto que le guste).
- No apuntar a algo interesante para mostrarlo, hacia los 18 meses de edad.
- No notar cuando otras personas están lastimadas o molestas, hacia los 24 meses de edad.
- No notar a otros niños ni jugar con ellos, hacia los 36 meses de edad.
- No jugar a ser otra cosa, como un maestro o superhéroe, hacia los 48 meses de edad.
- No cantar, bailar ni actuar para usted, hacia los 60 meses de edad.