Escribe:-Edilzar Castillo.-
El sueño llega, cuando ya hice muchos intentos de adoptarlo, pero, ya es tarde para ella, despierta, despierta, me dice, abro los ojos, llenos de somnolencia, entonces, ella abre las persianas invitando a la luz del nuevo día. Cierra esa persiana. Digo, escondiéndome otra vez entre las cobijas, ella no atiende eso, me despoja de ellas, aunque despierta mi molestia.
Ella recorre mi cuarto, parece impertinente, sólo rastrea mi vida plasmada ahí.
Con creciente enojo me levanto, trato de expulsar al intruso, no lo logro, ella con su manto envuelve mis huesos, y como un globo se eleva hasta el cielo de mi cuarto, después, ascendemos, ascendemos por los espacios azules y brillantes a esa hora de la mañana.
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