Bitácora 692.-
Pedro Alfonso Ochoa Ledesma [email protected]
Lo legal se refiere al cumplimiento de las leyes y normatividades vigentes, se origina de “afuera”; significa que las actividades que se realicen estén acordes con los códigos y decretos establecidos por los ayuntamientos, congresos estatales y federal, así como por lo que emitan los diferentes jueces.
Las autoridades solo pueden hacer lo que las leyes les permitan, las personas podemos hacer todo lo que las leyes no nos prohíban. En este caso lo legal, contempla lo que está permitido y lo que es prohibido, pero no dice si está bien o mal, no dice nada si es legítimo.
Lo legitimo, es lo que ha sido hecho o establecido de acuerdo con las leyes o el derecho, es lo que se considera lícito, verdadero, genuino, razonable o justo en los diferentes aspectos, tiene trascendencia más allá de lo legal. Hay situaciones que se dan, que pueden ser legales, pero no legítimas, son las que se hacen de acuerdo a las leyes, pero no son justas.
En los gobernantes, la legitimidad es un fenómeno interactivo originado en el consentimiento que la ciudadanía otorga a los candidatos en las elecciones, la cual se ratifica o rechaza, en las evaluaciones de rendimiento que se hacen a las autoridades, en el desempeño de sus responsabilidades.
La legitimidad no se limita a la mera legalidad, es la acción que se da conforme al deber, en tanto que la moralidad es la acción que se da por el deber.
La moral va más allá de regulaciones y procedimientos. Las acciones son morales cuando se dan conforme con las normas y principios que las personas tenemos sobre el “bien” y el “mal”, proviene de “adentro”, del fuero interno que cada quien tengamos.
Lo ilegal, no contempla tintes morales o éticos, simplemente es algo contrario a una ley escrita. Como ejemplo tenemos el caso cuando, conducimos más rápido de lo permitido en alguna vialidad urbana o autopista, es ilegal, pero nada tiene que ver con la inmoralidad o justicia.
Lo ilegitimo, ocurre cuando hay acciones que no han sido establecidas o hechas de acuerdo con las leyes o el derecho, es lo que no está de acuerdo con la razón o con lo que se considera razonable y justo, representa lo ilegal, indebido, prohibido, falso, adulterado, fraudulento.
La inmoralidad se da cuando los individuos desconocemos lo bueno de nuestra cultura, cuando transgredimos, desobedecemos aquellas costumbres sociales que son aceptadas, para conseguir el bienestar en nuestras comunidades. Se es inmoral cuando se miente, roba, engaña, traiciona, etc…
Así las cosas, la ciudadanía cada vez más, debemos estar atentos del proceder legal, legítimo y moral de los gobernantes y autoridades en turno de todos los ámbitos y niveles, basándonos en acciones precisas que resulten de una mayor participación ciudadana, con propuestas concretas sobre la fiscalización del manejo transparente de los recursos públicos y una verdadera rendición de cuentas.
Si en lo personal y familiar, prevaleciera el respeto, orden, honestidad, el amor, el hábito al trabajo y la limpieza, cuidado del medio ambiente, estando más unida nuestra sociedad, se proyectaría sin duda alguna a escenarios más justos, favorables y prósperos para todos l@s mexican@s.