“Preocúpate más por tu conciencia que por tu reputación. Tu conciencia es lo que eres tú y la reputación es lo que otras personas piensan de ti, y lo que otros piensen es su problema”. — Albert Einstein
Experiencia personal y definición de conciencia
Hace algunos años viví en San Luis Potosí, dos años. En alguna ocasión, en la Casa de la Cultura —una de las más bellas que he visto, en Av. Venustiano Carranza— presentaron una conferencia sobre “Estados Alterados de Conciencia”. Asistí; fue una información valiosa y desconocida para mí.
Veamos primero qué es la conciencia. Al leer usted este texto u otro, y cognitivamente procesar lo escrito, la mente genera imágenes de lo que se está interpretando: está consciente de su entorno, de con quién está, y de otras cosas como el clima, el lugar, el efecto que produce la lectura y lo que hará cuando termine de leer. Este es un estado de conciencia normal, aunque lo que lee le produce diferentes estados emocionales.
Tipos y causas de estados alterados de conciencia
Podemos decir que hay diferentes estados alterados de conciencia. Hay muchos, pero los principales son: sueños, ensueños, hipnosis, meditación, desórdenes mentales, miedo, depresión, efectos de drogas psicoactivas y alcohol, por mencionar algunos.
Del alcohol, tuve hace unos años una dependencia dipsómana, que me causó trastornos en mi vida, en la salud, en mi forma de actuar, en mis sentimientos y deseos. Por ende, estuve ese tiempo con la conciencia alterada y cometí algunos errores.
Se dice que cuando uno ingiere alcohol o alguna droga —de hecho, el alcohol es una droga permitida—, es como si entrara a la mente otra persona. No estaba consciente: mi conciencia estaba alterada, los palimpsestos se hacían presentes; es decir, al otro día no me acordaba de ciertas escenas, no sabía lo que hice en esos momentos de ingesta etílica. Eso me producía preocupación, miedo y depresión, que obviamente se “curaban” con más alcohol, encadenando así días de borrachera, hasta que el cuerpo ya no era capaz de nada, ni siquiera de levantarse.
Recuperación y reflexión
Tal fue el caso que terminé en un hospital, donde aliviaron mis angustias, me hidrataron y me calmaron el estado nervioso en que ingresé al nosocomio. Ahora lo platico en completa paz, pero en realidad viví el infierno en la tierra. Ese es un estado alterado de conciencia —entre muchos otros—, que pudo provocarme una enfermedad hepática, agredir a alguien o ser agredido, la locura y finalmente la muerte.
Para mi fortuna, hace ya unos buenos años que el alcohol está fuera de mi espacio mental, espiritual y físico. No tengo ninguna cortapisa al manifestar esta parte de mi vida, ya que si a alguien le beneficia toda esta vivencia, todo está pagado y justificado.
Estados de conciencia cotidianos y conscientes
Muchas veces al día tenemos un estado de conciencia que nos ayuda a apreciar y entender el mundo en que vivimos: ver a la persona amada, ver una película, encontrarse a un amigo, caminar, comer, o simplemente un estado contemplativo. Escribir, dibujar, cantar y amar son experiencias que alteran nuestro estado de conciencia. Este sube y baja dependiendo del ítem que escojamos. Nadie escapa de sus estados alterados de conciencia; son parte del sino humano. Solamente hay que estar conscientes de ellos y disfrutarlos, si así se amerita.
¿Estamos conscientes de nuestros pensamientos? Aquí hay una técnica que podemos experimentar: estar conscientes de estar conscientes, que no es lo mismo que divagar en el espacio mental. Tenemos miles de pensamientos y deseos diariamente.
Cuando manifestamos amor, todos nuestros órganos se estimulan. Lo mismo sucede con el odio o el resentimiento, pero en sentido negativo: los órganos se alteran para mal. Por eso, lo mejor es estar conscientes de lo que pensamos y por qué… analizar quiénes somos en determinados momentos, y dejar que la sorpresa nos lleve a instantes placenteros de supervivencia pura.
Conclusión: disfrute sobrio de la conciencia
Un estado de conciencia alterada es un cambio temporal en el estado mental normal de una persona sin ser considerado inconsciente. Los estados alterados de conciencia pueden crearse intencionalmente o pueden ocurrir por accidente o enfermedad.
Hoy mi conciencia, en este momento, está alterada porque estoy escribiendo esta columna. Me produce placer: mi mente se encuentra en los hechos que aquí narro. Es un estado de conciencia, consciente de estar consciente, y lo que aquí escribo tiene detrás la conciencia de que lo hago en plena lucidez, con la certeza de que llegará a las conciencias que lean este texto, conscientes de que algunos se verán reflejados y que les producirá tanto asombro como el que yo sentí cuando fui a aquella conferencia en San Luis Potosí…