Bitácora 688.-
Escribe:-Adriano Herrera Álvarez
Tengo la fortuna de ir al cine desde que era un infante en la Ciudad de México, cerca de casa existía un cine, el Cine de la Viga, en donde pasaban tres películas por un peso, increíble pero cierto, los estrenos eran los viernes y frente a mi casa pasaba un trabajador a pegar los afiches con engrudo de las películas de esa semana.Así es que con el paso del tiempo -si me había portado bien y había cumplido con mis deberes escolares-, se había hecho un hábito, recuerdo que pasaban películas de héroes mitológicos como Jasón y los Argonautas, Maciste, Hércules y por el lado mexicano, películas de Juan Orol, Emilio el “Indio” Fernández, algunas italianas, francesas y por supuesto norteamericanas, muchas de John Wayne, Buster Keaton, Harold Lloyd, El Gordo y el Flaco, Charles Chaplin, sin faltar por supuesto John Ford, y cómicas nacionales de Tin-Tán, Cantinflas, Clavillazo, Viruta y Capulina, Manolín y Shilinsky, y otras que se me escapan de la memoria.
Posteriormente se inauguró la Cineteca Nacional, que estaba en Río Churubusco casi esquina con la Calzada de Tlalpan, en donde pude apreciar y admirar los ciclos de Greta Garbo, Marlene Dietrich, del mismo John Ford, en donde conocí al maestro Juan José Calatayud, que en vivo musicalizaba al piano las películas mudas a un lado de la pantalla, lo suficientemente lejos para ver la película e improvisar magistralmente las escenas, hice muy buena amistad con Calatayud y ya en la treintena, lo iba a escuchar al Nueva Orleans en Avenida Revolución, después cuando viví en Cuernavaca, él tocaba en el Flamingos y en una ocasión nos quedamos varios amigos y amigas en una noche bohemia, donde el maestro nos deleitaba, no solamente con Jazz, sino con las sonatas de Beethoven, un tipo extraordinariamente talentoso.
Nunca he dejado de ver cine, el arte que contiene a todas las artes. Estudié Historia del Cine en la CUC de la UNAM y así pude comprender mejor este fantástico documento social que es el cine. Antes de que los cines se convirtieran en pequeñas salas, las salas de cine eran majestuosas, con grandes cortinas como el Cine Bella Época, el Palacio Chino, Cinelandia, el cine París, el Chapultepec y muchos más.
En este siglo XXI, han brillado en el cine norteamericano tres directores mexicanos: Alejandro González Iñárritu, Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro, los tres laureados con el Oscar de la Academia Cinematográfica de Hollywood, ha habido otros grandes hacedores de cine como Emmanuel Lubeski, Rodrigo Prieto, Guillermo Navarro, los diseñadores de producción Eugenio Caballero y Brigitte Broch, los actores, Diego Luna, Demian Bichir, Gael García Bernal, Adriana Barraza, Salma Hayek, Yalitza Aparicio, Marina de Tavira y Lupita Nyong´o, arrasando en los premio de la Academia.
No son los únicos ni los primeros mexicanos -nativos o naturalizados- en tener éxito en la industria cinematográfica: Anthony Quinn por ¡Viva Zapata! (1952) y Lust for life (1956), Katy Jurado por High Noon (1952), Emile Kuri por The Heiress (1949), por diseño de producción en el film 20.000 Leguas de Viaje Submarino de la obra de Julio Verne; Edward Carrere por Camelot (1967), o los fotógrafos John A. Alonso, nominado por The Legend of Jimmy Blue Eyes (1964) y Chinatown (1975), Gabriel Figueroa por La noche de la Iguana (1964) de John Houston, estuvieron nominados no solamente para el Oscar sino en certámenes como Cannes, Berlín o Venecia.
Felipe Cazals, ganó el Oso de Oro en Berlín por la película Canoa (1976), Alfonso Cuarón el León de Oro en Venecia por Roma (2018), Amat Escalante el León de Plata por La región salvaje (2016),
En el Festival de Cannes, han premiado con la Palma de Oro a dos producciones mexicanas, María Candelaria (1946) de Emilio Fernández y a Luis Buñuel por Viridiana (1961) el premio del Gran Jurado por Simón del Desierto del mismo Luis Buñuel (1965), Carlos Reygadas por Luz Silenciosa (2007). A su vez han ganado el premio al mejor director: Luis Buñuel por Los Olvidados, Alejandro González Iñárritu por Babel (2006), Reygadas por Post tenebras lux y Amat escalante por Heli ((2013), así como Guillermo Arriaga y Michel Franco, al mejor guión The Three Burials of Melquiades Estrada (2005) y Chronic (2015), respectivamente.