Amistad
Adriano Herrera Álvarez
“Un verdadero amigo es quien te toma de la mano y te toca el corazón.” Gabriel García Márquez
A lo largo de mi vida, he tenido muchos “amigos”, pero amigos de verdad son pocos, a los que confiaría mi vida, sin temor a equivocarme. Dicen que los amigos se conocen en la cárcel, el hospital, en la desgracia, y esto no dista mucho de la verdad, En épocas álgidas, he tenido siempre quien me tienda la mano, que me escucha, que salgo más aliviado por la comunicación, sin la carga de la culpa o alguna herida moral que tenía que compartir, descargarme, liberarme… qué mejor que un buen amigo.
La amistad es un vínculo entre una o más personas, donde permea la confianza, la buena comunicación, el cariño, la afinidad, que estas personas sean reales entre sí.
Los tres puntos importantes para tener una buena amistad son la Afinidad, la Realidad y la Comunicación; entendemos Afinidad por el grado de aprecio, afecto, amor, que se le tiene a determinada persona; la Realidad, qué tanto es para mí un ser real, es alguien en que lo puedes ver, no físicamente sino interiormente, por ejemplo no me es real X persona, por divergencias, por diferentes formas de ver la vida, que podemos revertir si se llega a dar una buena comunicación; la Comunicación es vital, de hecho es la principal, con mala comunicación no hay amistad, la forma de comunicarme es importante para que no mueran las amistades.
También he tenido enemigos, no peligrosos, pero enemigos, algunos de éstos, posteriormente con una buena comunicación y sinceridad han sido algunos de ellos mis mejores amigos, gracias a que se dio la buena comunicación, aclaramos las cosas, o como se hacía hace unos ayeres, un tiro derecho y cuando alguien caía, el otro lo levantaba con su mano, igualmente algunos con los que tuve que llegar a los golpes, posteriormente fuimos muy amigos, ¿cuál fue la que arregló estos asuntos?, la comunicación, indudablemente.
Tuve en mi infancia dos amigos, Javier y Edgar, jugábamos, compartíamos la vida infantil de una manera irrepetible, pero el destino, la catástrofe llegó cuando el padre de Edgar le pegó y lo regañó muy fuerte; su padre se fue, Edgar subió a la recámara de sus padres y se dió un tiro con la pistola de su padre, mis padres no me dejaron, -a pesar de mi insistencia lacrimosa-, ir a las exequias de mi amigo, solamente teníamos alrededor de diez años, nos dolió, nos entristeció, posteriormente ví a su padre hecho una piltrafa, tomó al alcohol como su alivio y quedó, tiempo después muerto en la vía pública, una desgracia, ¿porqué?, por la ausencia de una buena comunicación con Edgar.
También reconozco que he sido mal amigo en varias ocasiones, sobre todo en la preparatoria, me lié a trancazos con un amigo porque lo traicioné bajándole a la novia, en otra ocasión un tipo, había correteado a mi hermana menor, no la alcanzó -afortunadamente- era de una colonia adyacente, sabía en donde vivía. A la generación anterior a la nuestra -les decíamos “los grandes”- dos de ellos estaban trabajando como agentes de la PGR, y fui a darles la noticia sobre mi hermana, me dijeron que esperara a que anocheciera, fuimos entonces a buscar al tipo -que había estado conmigo en el kinder-, habían como quince hombres, entre ellos al que buscábamos, René -el amigo agente-, les dijo a todos con pistola en mano: “Adriano se va a aventar un tiro con el “Tanchis”, y el que se meta le sorrajo un plomazo”, y yo con el coraje que tenía en un dos por tres lo dejé en el suelo sangrando de la nariz, nadie obviamente articuló palabra alguna y ahí quedó todo, posteriormente al “Tanchis” lo atropelló un camión, bajo los efectos del solvente que respiraba, murió. Pero era solamente una pelea a puños, no había entre la flota alguien que portara armas blancas ni nada por el estilo, eran otras épocas, nada comparadas con el presente en que hay más peligro, más malandros queriendo robar o simplemente matar por matar. Este mal momento, yo lo hubiera podido arreglar hablando con él, comunicarle mi indignación, pero me ganó la ira y sucedió lo que tenía que pasar…ni hablar.
Los amigos que ahora tengo aquí en San Juan del Río, la mayoría son excelentes personas, en donde la amistad, el respeto y la comunicación son extraordinarias, no quiero mencionar a ninguno, por la razón que se me pude olvidar alguien y no quiero eso.
La amistad se debe cultivar, cuidar, ayudar en caso necesario, estar ahí si hago falta o pudiera aportar algo para la solución de cualquier problema.
Por este medio quiero saludarlos a todos.
La amistad también se extiende a la familia, Elena, por ejemplo es mi mejor amiga, esposa, compañera, que sabe casi todo lo referente a mi vida y yo la de ella, solamente nos tenemos los dos, nuestra familia está muerta, extinta, me complemento con ella y sobre todo la amo mucho, es una mujer excelente, en cuatro años cumplimos treinta años juntos, ojalá Dios nos conceda la gracia la vivir muchos años más, sentimiento que les deseo a todos los que leen mi columna y a los que no, y porqué no decirlo, para el mundo entero…
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