…Y Olé!
Adriano Herrera Álvarez
A partir de los seis años, empecé a ir a las corridas de toros en la Plaza México, por una razón que valoro mucho, mi tío era el doctor Pepe Morales Ortiz de la plaza taurina más grande del mundo, por allá en los cincuenta-sesenta del siglo pasado, domingo a domingo. Recuerdo que la primera vez que me llevaron, mi tío me explicó paso por paso los pormenores del espectáculo y me gustó el gusto por el toro. Tuve la oportunidad de conocer a Manuel Benítez “El Cordobés”, a Paco Camino, Manuel Capetillo, Raúl García, Carlos Arruza y a todos, algunos se me escapan de la memoria. Ya más grande, en la adolescencia iba a los toros, solo o con algunos amigos, la Fiesta Brava me cautivó, la entendí y comprendo que me falta mucho por aprender. Aquí, quiero agradecer a mi amigo Gilberto Ugalde Gutiérrez “Gilo”, quien tuvo a bien regalarme un libro: “Toros y Toreros” de Juan de Gredos, que sigo, no leyendo, sino estudiando, por otro lado, hay mucha información en las librerías: ensayos, libros, biografías, y sobre todo asistir a las corridas taurinas. El año pasado en Campo Bravo aquí en San Juan del Río, hubo un serial de novilladas extraordinario, que organizó la empresa Taurus, muy bien por cierto, la plaza llena y lo que me agradó es que vi muchos niños que están aprendiendo como yo hace ya unos ayeres, asimilando la magia de la fiesta de las fiestas: la Tauromaquia. Ya que me gradué de la carrera de Comunicación, fui invitado a la Feria de Zacatecas, específicamente a ver las corridas en esa bella ciudad, toreó José de Jesús “El Glison”, David Silveti, Jorge Gutiérrez, Eloy Cavazos que dos veces salió en hombros y otros más que brindaron un regio espectáculo, ahí conocí a Manolo Martínez, pero ya como ganadero, muy cambiado y feliz, ya que su ganadería había sido la mejor y me dió una entrevista para Televisa, la pasé muy a gusto, cómodo y feliz.
En los años noventa conocí en Acapulco a Luis Procuna, que montó una plaza, digamos portátil, -ignoro porqué no utilizó la Plaza Caletilla- y el festival fue bueno a secas, opacado por la cornada que le propinó un toro a un caballo de la rejoneadora española Karla Sánchez, pero esos son gajes del oficio, quien enfrenta a un burel de lidia, sabe del peligro que existe al enfrentar a una bestia de 550 kilos, más de media tonelada, que quien por algún error humano, se llevase una embestida brutal que pudiera costarle la vida como a Manolete, “El Pana”, “Paquirri” y muchos más. Extracto para ustedes, del libro Toros y Toreros de Juan de Gredos, conforme a las tradiciones españolas:
“Todos los 15 de mayo, Madrid echa la casa por la ventana en honor de la festividad de su patrón, el labrador San Isidro. Un barbián ungido de la gracia divina, al que mientras dormía una siestecita bajo la fronda de las encinas, los mismos ángeles del cielo le araban la tierra; su ejemplar esposa Santa María de la Cabeza, era la encargada de depositar la semilla en el surco.”
“Romería tradicional en la pradera; visitar al templo, enclavado al otro lado de Manzanares, “aprendiz de río” fervorosa e ingenua devoción transmitida de padres a hijos. La explanada, convertida en verdadera verbena con sus puestos de pitos, torraos, ramos de violetas, de albahacas, “restaurantes” al aire libre para saborear la tortilla en escabeche y las chuletas empanadas saboreando el tintorro rico, de Valdepeñas.”
“Imaginería barata de figurillas de barro representando al Santo en actitudes piadosas, que como recuerdo le arrebatan de las manos a los vendedores, la multitud allí renuncia. Iconográficamente, se le representa en traje de campesino, con la vista dirigida al firmamento en actitud de súplica y apoyada la mano en una esteva, en una aguijada o en una reja de arado.”
Por otro lado quiero dirigirme a los anti-taurinos, con todo respeto les digo que de nada sirven sus manifestaciones fuera de las plazas taurinas con adjetivos inútiles como “Asesinos”, la fiesta brava no desaparecerá y repito con todo mi respeto, a personas que no saben de la esencia de la fiesta brava, estudien un poco, no hay nada que sea más abyecto que despotricar sin siquiera conocer la tradición taurina desde el siglo decimonónico y más atrás con los mitos del Minotauro y más. No se desgasten en vano, además la fiesta da de comer a miles de personas, si no hubiera corridas de toros, el burel ya se habría extinguido y no hay nada peor que personas protesten por algo que no entienden, protestan por la fiesta, pero son carnívoros, paradoja abyecta e hipócrita. Les invito a que vayan a un festín taurino con la mente receptiva, platiquen con gente taurina, teniendo en cuenta que la figura central de la fiesta es el toro, el actor principal en donde posamos la mirada absortos cuando se abre la puerta de toriles. ¡Viva la Fiesta Taurina! y ya…Olé!!…