Semana Santa
Adriano Herrera Álvarez
“La verdadera naturaleza del alma reside en amar y perdonar.” José Saramago
(El Evangelio según Jesucristo)
Dedicación póstuma a mi Maestro Miguel Venegas Becerra.
A lo largo de mi vida, he leído los cuatro Evangelios: Mateo, Marcos, Lucas y Juan, son sorprendentemente bellos y nos da un factor de realidad de lo que fue la vida y obra del Maestro Jesús, si se omiten sucesos entre sí, no los hace menos ni más, como por ejemplo, el “Padre Nuestro” solamente viene en el primer Evangelio, el de Mateo, jamás hay en la Biblia un dicho que pertenece al vulgo: “Ayúdate que yo te ayudaré”; niega al omitirlo, el matrimonio de Jesús con María Magdalena, que aparece en la “Última Cena” de Leonardo da Vinci -Magdalena está a la derecha de Jesús- y de otros pintores, no se ha concebido que Jesucristo siendo hombre no se casara, entonces hay una contradicción sobre la institución matrimonial en el clero, ¿algunos, sobre todo clérigos pasados y actuales, sugieren que el matrimonio es un mal necesario o un pecado en el peor de los casos?, ¿porqué existe el celibato, que va en contra de la naturaleza del ser humano?, y la respuesta es simple, si estuviera permitido casarse a los curas, ¿a quién heredarían los bienes de la iglesia los sacerdotes?, a sus hijos obviamente, entonces, la casa pierde…
Por mucho tiempo, la Semana Santa ha sido sinónimo de vacaciones, diversión; las playas del país atestadas de vacacionistas ávidos de escapar de su rutina, del tedio del trabajo, matrimonio, de los hijos, de todo, para los escapistas bien les viene unos tragos, drogas y a gozar, pero ¿esto es malo?,
de ninguna manera, cada quien se revienta con su propio veneno, no creo que a Dios le importe mucho que sus hijos se diviertan como a cada quien la gana le dé, hay en sí, otras cosas que son importantes, como el no hacer daño a los semejantes, vivir con alegría, paz, amar, perdonar, la gratitud, ayudar cuando sea preciso, vivir intensamente el día de hoy, pase lo que pase -difícil pero no imposible-.
En “El Evangelio según Jesucristo” del portugués José Saramago (Premio Nóbel de Literatura1998), el padre terrenal de Jesús era José, que se entera que Herodes mataría en Belén, al día siguiente, a los niños, buscando al Rey de los Judíos para acabar con Él, José se entera, se lleva a María y a Jesús a una cueva, -en donde los visitan tres pastores, no reyes magos y el Ángel de la Anunciación- sin alertar a nadie… Jesús se salva, José no. La falta de José es no haber avisado a las familias del eventual asesinato de los infantes por orden de Herodes y sobrevino la masacre que describe Saramago en “El Evangelio según Jesucristo”, entonces, por egoísta, José es castigado, crucificado de cabeza como se estilaba para los ladrones y delincuentes mayores, entonces fue egoísta, pudo haber salvado a muchos niños, ese fue su mayor pecado, según Saramago… que lo mencionan discretamente los cuatro Evangelios -el de Saramago, es contundente e implacable-.
Lo medular de la enseñanza del Maestro Jesús a través de sus parábolas y milagros es el Amor en su total magnitud, amor a todas las cosas, vivir plena y conscientemente, que nacimos para algo, una misión, para aprender a respetar y amar casi todo lo que nos rodea en este mundo en que hemos sido colocados.
Hace años en una ocasión por medio de mi trabajo en El Sol de México, me mandaron al Cerro de la Estrella en la CDMX, a cronicar la crucificción de Cristo, encontré feligreses de todo tipo, a algunos se les notaba el dolor cuando pasó el actor que representaba a Jesús, una mujeres lloraban, muchos otros beodos, vagos, gente de bien y el gran desplazamiento de apóstoles, vírgenes, centuriones, caballos y burros, cuando terminó el evento fui invitado por el actor que personificaba a Cristo a un casa en donde se celebraba el éxito del magno acontecimiento religioso, había cervezas, pulque, ron, y sin querer, queriendo, me puse una guarapeta de órdago, brindando con Herodes, Judas, los apóstoles, la actriz de la Virgen María, con todos. Quien me dio la entrevista era el encargado de esta celebración, de quien no recuerdo su nombre, un tipo agradable, con la convicción de que la Crucificción era para recordarle al mundo el suplicio que vivió Jesús, que vertió su sangre para la salvación de nuestra alma, que nos portásemos conforme a las enseñanzas del Maestro Jesús, en pocas palabras que fuéramos verdaderos cristianos que seguíamos el camino de la vida, tratando de pecar lo menos, que estuviéramos dentro de los cánones evangélicos y que oráramos para tener ganado el Paraíso.
Mucho se ha escrito y filmado sobre la vida y obra de Jesucristo:
“El Evangelio según Jesucristo” de José Saramago, el film“La última tentación de Cristo” (1988) dirigida por Martin Scorsese y escrita por Nikos Kazantzakis -prohibida por mucho tiempo por el Vaticano…por aquello de que vivió con María de Magdala y tuvo hijos-, “La Pasión” de Mel Gibson, el libro “Hasta no verte Jesús mío” de Elena Poniatowska, “El Profeta” de Gibran Jalil Gibran… la lista es enorme, que no me alcanzarían los espacios.
Me dijo mi querido Maestro Miguel Venegas Becerra en una ocasión: “Si te enfrentas a algún problema cualquiera que éste sea, y estés por entrar a la puerta del Odio, Violencia, Guerra, Depresión, Vicios, Asesinato u otra mala situación, solamente piensa, siente que haría Jesucristo en tu lugar…”
Y grabado se quedó…