Bitácora 682.-
Olga Lengyel frente a la infamia
Escribe:-Adriano Herrera Álvarez
“Usted ha prestado un verdadero servicio al permitir que hablen los que ya están silenciosos y casi olvidados” Albert Einstein
Entre el 6 y el 9 de agosto se lanzaron dos bombas atómicas por vez primera en una conflagración, un suceso terrible que mató a miles de personas en Hiroshima y Nagasaki, venganza de aquel ataque a Pearl Harbor, por parte de los países que se unieron al Tercer Reich, Adolfo Hitler, en este caso Japón, que confirma que la madre de la Historia es la Geografía, entre más países se invadan, la guerra se “justifica”. Así ha sido, así será, mientras el hombre devore al hombre y sus territorios; revisemos la historia, veremos que desde que la Historia se ha escrito, no dejamos de pelear por lo antes mencionado, un acto estúpido, pero que deja mucho dinero, por la venta de armas, por toda la infraestructura que se necesita para destruirnos, mucho de este arsenal está en manos de empresarios que les conviene que la guerra exista, se hinchan de dinero y la guerra sigue y va…
Pareciera que la guerra es intrínseca en el ser humano, ya mencionaba en su libro “Tótem y Tabú” el Dr. Sigmund Freud sobre el predominio del macho alfa y el control que ejercía en la tribu en la época del Neandertal, a él le pertenecían las hembras, controlaba a través del miedo sobre los hombres que lo seguían, hasta que hastiados los “anarquistas”, se dieron cuenta que eran más y podían matar al líder, cuando lo hicieron, tomaban ávidamente a las hembras, se hacía el desorden, hasta que se dieron cuenta que no tenían la sabiduría para llevar a salvo a la comunidad: no sabían sobre las cosas que el líder llevaba a cabo, como guiarlos en la cacería, determinar cómo acabar con otras tribus, inclusive conocimientos atmosféricos, se vieron invalidados, finalmente se dispersaron, la comuna se quebró y desapareció. ¿Encontramos algunas analogías con la historia bélica desde el Medioevo hasta el siglo decimonónico, el siglo XX y posteriormente en este XXI?
Olga Lengyel escribió el libro “Los hornos de Hitler”, tuve la oportunidad de leerlo al los quince años, lo he releído algunas ocasiones, la historia es aterradora e increíble, en aquellos ayeres la primera vez que lo leí, fue una revelación brutal, había sabido de los crímenes de las tristemente célebres de las “Poquianchis”, o de los actos deleznables del Goyo Cárdenas, pero una situación como el Holocausto, no pasaba por mi mente, al ver por primera vez las gráficas insertadas en el libro, donde vemos montañas de cadáveres que pasaron por las cámaras de gases para después colocarlos en los hornos de Adolfo Hitler, me horrorizó. A los judíos les sacaron los dientes de oro, con sus pieles hicieron lámparas, mujeres violadas, torturadas, ejecutadas y otros horros que no sabemos, ¿cómo vivieron los niños en los campos de concentración, solamente por el hecho de ser judíos?, hay cosas que no tienen justificación, ni ahora ni nunca, ahí tenemos en la actualidad a Afganistán y otros países del Medio Oriente, los feminicidios en México, los desaparecidos, los “levantados”, los infanticidios, repito, no hay una forma de aceptar estas aberraciones, ¿estamos en una espiral descendente, en donde nos depara una justificada extinción?, yo creo que sí, al parecer no hay nada que detenga esta epidemia de muerte y desolación.
Olga Lengyel era una doctora rumana, nacida en 1920, esposa del Dr. Miklos Lengyel, quien fuera asesinado con sus suegros y sus dos hijos en Auschwitz, luego de ser deportados en 1944. Olga sobrevivió a esta guerra por su inteligencia y sus capacidades como mecanógrafa y traductora al servicio de la SS. La dedicatoria de su libro “Los hornos de Hitler “… conmovedora: “Dedico este libro a la memoria de mis padres, de mi esposo e hijos y a mis congéneres de todas las nacionalidades y credos, así como a la inocente población civil europea que sufrió la matanza de millones de seres asesinados por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial. También dedico este libro a los héroes de la guerra que ofrendaron su vida para evitar la consumación del sueño de los alemanes: aniquilar a todas las naciones y crear un mundo habitado solamente por alemanes, bajo la protección de *Wotan, su terrible dios pagano”.
*Wotan, dios mitológico de los nórdicos, promotor de la vida universal, sediento de sangre, autor de la guerra, protector de los héroes y dios tuerto de los germanos.