Cuerpos sin Edad/Mentes sin Tiempo
Adriano Herrera Álvarez
“La vejez, la senectud, la invalidez y la muerte no existen y no son siquiera tenidas en cuenta como posibilidad”
Dr. Deepak Chopra
Una de Tres
A lo largo de mi vida he tenido experiencias, tendencias sobre la salud y la edad en diferentes formas, en un tiempo fueron actos autodestructivos, pero la mayoría de otras tendencias siguen siendo experiencias que me llevan a una vida óptima y en paz. Descubrir en los textos del libro “Cuerpos sin Edad/Mentes sin Tiempo”, del Dr. Deepak Chopra, que actos pro-supervivencia pueden ser mejorados, otros aprendidos y aplicados a través de los textos de este maravilloso libro que comienza así:
“Me gustaría que me acompañaras en un viaje de descubrimiento. Exploraremos un lugar donde las reglas de la existencia cotidiana no tienen aplicación. Estas reglas dicen, explícitamente, que envejecer, tornarse frágil y morir es el destino último de todos. Y así ha ocurrido siglo tras siglo. Sin embargo, quiero que dejes en suspenso tus supuestos sobre lo que llamamos realidad, para que podamos convertirnos en pioneros de una tierra donde el vigor juvenil, la renovación, la creatividad, el gozo, la satisfacción y la atemporalidad son experiencias comunes de la vida cotidiana, donde la vejez, la senectud y la muerte no existen y no son siquiera tenidas en cuenta como posibilidad.
Si existe un lugar así, ¿qué nos impide ir allí? No se trata de de una oscura masa continental ni de un peligroso mar no registrado en los mapas. Es nuestro condicionamiento, nuestra visión del mundo actual y colectiva, la que nos enseñaron nuestros padres, los maestros y la sociedad.
Esta manera de ver las cosas (el antiguo paradigma) ha sido llamada “hipnosis de condicionamiento social”: una ficción inducida y en la que todos hemos acordado colectivamente participar.
Tu cuerpo envejece sin que puedas dominarlo, porque ha sido programado para cumplir las reglas de ese condicionamiento colectivo. Si hay algo de natural e inevitable en el proceso de envejecimiento, no se podrá saber hasta que se rompan las cadenas de nuestras antiguas creencias. Somos las únicas criaturas de la Tierra que pueden cambiar su biología por lo que piensan y sienten. Poseemos el único sistema nervioso que tiene conciencia del fenómeno del envejecimiento. Los leones, los tigres viejos, no se dan cuenta de lo que les pasa, pero nosotros sí. Y como tenemos conciencia de las cosas, nuestro estado mental influye sobre aquello de lo que tenemos conciencia.
Sería imposible aislar un solo pensamiento, una sensación, una sola creencia o supuesto, que no tenga efecto sobre el envejecimiento, directa o indirectamente.
Nuestras células escuchan constantemente nuestros pensamientos y se ven cambiadas por ellos.
Un ataque de depresión puede causar desastres en el sistema inmunológico, enamorarse puede fortalecerlo. La desesperación y la falta de esperanzas aumentan el riesgo de sufrir ataques cardíacos o contraer un cáncer, acortando así la vida.
El gozo y la satisfacción nos mantienen saludables y prolongan la vida. Esto significa que no es posible trazar con certeza la línea entre la biología y psicología.
El recuerdo de una tensión que es sólo una brizna de pensamiento, libera el mismo torrente de hormonas destructivas que la tensión en sí.
Como la mente influye sobre todas las células del cuerpo, el envejecimiento humano es fluido y cambiante; puede acelerarse, demorarse, detenerse un tiempo y hasta revertirse.
Cientos de descubrimientos científicos de las últimas décadas han verificado que el envejecimiento depende del individuo en un grado mucho mayor del que se ha soñado nunca.
Sin embargo, el descubrimiento más significativo no se encuentra en los hallazgos aislados, sino en una visión del mundo completamente nueva.
Para desafiar el envejecimiento en su centro mismo, es preciso primero desafiar toda esta visión del mundo, pues nada tiene más poder sobre el cuerpo que las creencias de la mente.
Cada supuesto del antiguo paradigma se puede reemplazar con una versión más completa y expandida de la verdad.
Con el tiempo, los diversos cambios de edad como lo llaman los gerontólogos, ejercen una influencia masiva. Son las mil pequeñas olas que traen la marea de la vejez. Pero en cualquier momento dado, el envejecimiento sólo explica el 1% del total de cambios que se producen anualmente en tu cuerpo. En otras palabras, el 99% de la energía e inteligencia que te componen, permanece sin tocar por el proceso de envejecimiento. Si tomamos el cuerpo como proceso, el eliminar este 1% de disfunción acabaría con el envejecimiento. Pero, ¿cómo atacamos ese 1%?. Para responder a esto debemos hallar la llave del control que manipula la inteligencia interior del cuerpo”.