Libros que influyen
Adriano Herrera Álvarez
Segunda de Dos
“Durante la hora de la lectura, el alma está sometida a la voluntad del escritor” Edgar Allan Poe
En la entrega anterior escribí sobre la importancia de leer, mencioné algunos libros y sus autores, me toca en este momento mencionar a Yukio Mishima, escritor japonés, que fue novelista, ensayista, poeta, dramaturgo, guionista y crítico japonés. Nace el 14 de enero de 1925 y fallece el 25 de noviembre de 1970, a causa de una muerte inducida por haber perdido el Premio Nóbel de Literatura, por la decapitación o Seppuko, por uno de sus correligionarios al frente del ejército japonés, ya es sabido lo que significa el honor para los nipones, no soportó que su obra no fuese reconocida con el Premio Nóbel de Literatura. Mishima era proveniente de una familia acaudalada, nacionalista de derecha, con cuatro miembros de su ejército personal se infiltraron en una base militar en el centro de Tokio, tomaron al comandante como rehén e intentaron incitar a las Fuerzas de Autodefensa a revocar la Constitución de 1947, tras su fracaso y la pérdida del Nóbel, se suicida. El libro que más me ha gustado de Mishima es “Confesiones de una máscara”, que es una autobiografía intensa, en donde se exponen sus tendencias homosexuales, y narra de una manera sencilla cómo se tomaron algunas decisiones en su vida, una vida llena de altibajos, sobre la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, escribió: “Mentiría si dijera que la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial no me estremeció o que no recibí la posguerra con un sentimiento de liberación. También sentí en determinado momento que estaba totalmente perdido. Llegué a odiar el Romanticismo. Un odio que me acercó al Clasicismo. Fue cuando escribí “El rumor del oleaje…” Sin embargo, por mucho que sufriera, no conseguí negarme a mí mismo. Además, no tenía interés alguno por eso que llaman política. Como estaba ciego a asuntos políticos, no entendía las corrientes políticas de la posguerra. Si me ponían a articular puntos de vista políticos, me hacía tal lío que me daba de verdad vergüenza. Así pues, y a modo de escapatoria, tomé la decisión de encarnar de intérprete de la supremacía del arte”. Y así ciertamente sucedió, Mishima fue un vértice vital para la literatura no solamente japonesa, sino mundial, habrá que seguirlo leyendo…
Pero vayamos a otro literato, mexicano, de Jalisco por cierto: Juan Rulfo, que en el libro “Pedro Páramo” en el principio escribe el siguiente texto: “Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría, pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo. “No dejes de ir a visitarlo -me recomendó-. Se llama de este modo y este otro. Estoy seguro de que le dará gusto conocerte.” Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que así lo haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo aun después que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas.” No hay nada que agregar, ni quitar, la narrativa es perfecta, tanto en su estructura, como en todos los datos que nos apuntan a una realidad tan humana, llena de conflicto, de sentimiento y de nostalgia: Comala, un padre desconocido, la frase está en tiempo presente y con una genialidad nos coloca, casi sin darnos cuenta en el pasado, la insistencia de que visitara a su padre, el gusto que le daría a su padre, la muerte llega sin aviso y la promesa a la madre es conmovedora. Solamente dos libros escribió Juan Rulfo, que ganó el Premio Príncipe de Asturias, además fue un fotógrafo excelente.
Hay muchos accesos para leer, las bibliotecas, las librerías, que un amigo nos preste uno, en fin, la introducción al arte de leer es muy amplia o sea que no hay excusa alguna para permanecer en el limbo de la ignorancia, busque y encuentre. Me falta geografía para escribir sobre libros, este espacio no alcanza, pero poco a poco vamos tratando de incentivar al público de Bitácora Multimedios para que lea, lea y vuelva a leer. Si alguien aquí en San Juan del Río, Querétaro, me escribe a mi correo, le regaló un libro, con mucho gusto…