El destino de la Humanidad
Escribe:-Adriano Herrera Álvarez
Hace unos años, que en documentales, específicamente National Geographic, libros, revistas especializadas en Ecología, me enteré sobre la situación del planeta en cuestiones ambientales y la “protesta” de la Tierra por la contaminación ambiental. La temperatura ha subido, los terremotos se suceden en diferentes partes, los ríos y mares contaminados por plásticos, inclusive en los mares de Escandinavia, se han encontrado peces muertos por consumir derivados del petróleo o la “ballena de plástico”, extremadamente delgada, muerta en las costas del suroeste francés con 16 kilos de plástico en el estómago, fría y tiesa sobre la arena, con la boca abierta.
Podría enumerar otras catástrofes, sin ir más lejos, el año pasado que algunos fraccionamientos de San Juan del Río sufrieron inundaciones, pude constatar que el Río San Juan llevaba una gran cantidad de plásticos, tanto a la altura de San Isidro, como en El Paseo de los Abuelos, situación que propició las alturas de las aguas y su penetración inevitable a varias colonias de esta ciudad.
Ya el destino nos ha alcanzado, el deshielo en los polos será posiblemente la causa de nuestra destrucción indudablemente deliberada, irresponsable, ¿habrá algún remedio?, si no hay medidas muy estrictas, la debacle está a la vuelta de la esquina.
“Un día, hace unos 75 mil años, la Humanidad estuvo a punto de extinguirse. Una titánica explosión en Indonesia extendió una colosal capa de cenizas, humo y escombros que cubrió miles y miles de kilómetros. La erupción del Toba fue tan violenta que se le considera el episodio volcánico más potente de los últimos 25 millones de años. Disparó a la atmósfera la increíble cantidad de 2 700 km3 de tierra, lo que sofocó grandes extensiones de Malasia e India bajo una capa de ceniza volcánica de hasta nueve metros de grosor. El humo tóxico y el polvo llegaron hasta África, dejando a su paso un rastro de muerte y destrucción”.
“Imaginen por un momento el caos provocado por este cataclismo. El calor abrasador y las nubes de ceniza gris que oscurecieron el Sol aterrorizando a nuestros antepasados. Muchos murieron asfixiados y envenenados por el denso hollín y el polvo. Después las temperaturas bajaron de golpe, provocando un “invierno volcánico”. La vegetación y la fauna murieron hasta donde alcanzaba la vista, dejando solo un paisaje frío y desolado. Seres humanos y animales escarbaban en el devastado terreno en busca de restos comestibles, la mayoría de los primeros murió de hambre”.
“La gran historia de la vida en la Tierra demuestra que, enfrentados a un ambiente hostil, los organismos tienen tres caminos a seguir: escapar de ese ambiente, adaptarse a él o morir. Pero si miramos a un futuro lejano, tarde o temprano, nos enfrentaremos a un desastre tan grande, que la adaptación será casi imposible. Tendremos que abandonar la Tierra o morir, no hay otra opción”.
“Estos desastres han ocurrido muchas veces, e inevitablemente ocurrirán en el futuro. La Tierra ya ha sufrido cinco grandes ciclos de extinción, en cada uno de los cuales desapareció hasta el 90% de las formas de vida. Tan seguro como el día sigue a la noche, habrá más en el futuro. En el plazo de unas décadas, tendremos que enfrentarnos a amenazas que no son naturales, sino en gran parte autoinfligidas, debidas a nuestra insensatez y falta de visión, el calentamiento global se volverá contra nosotros”.
“Nos enfrentamos al peligro de los microbios y virus convertidos en armas como el SIDA, posiblemente propagado por el aire, el ÉBOLA, que puede transmitirse por una simple tos o estornudo, o COVID, esos factores solamente, podrían exterminar hasta un 98% de la especie humana. Además, nos enfrentamos a una población en crecimiento continuo, que consume recursos a un ritmo enloquecido. En algún momento superaremos la capacidad de aguante de la Tierra y nos encontraremos en un apocalipsis ecológico, luchando por los últimos recursos del planeta”.
Todo esto sin plantearnos las infamantes y estúpidas guerras: Afganistán, Ucrania, los daños ecológicos en la selva maya por el descerebrado de nuestro presidente, las muertes por el control del narcotráfico, la hambruna, la trata de blancas, las muertes infantiles, el tráfico y muertes por las drogas y otras que se me escapan, así es que usted dirá…
Referente científico: Michio Kaku