Por: Areli Zamora
Mi plan de fin de semana era recolectar zarzamoras en la comunidad de Senegal de las Palomas aquí mismo en San Juan del Rio y terminé en el municipio de Amealco ¿cómo fue que llegué ahí? Pues les cuento.
Destinada a recolectar estos frutos, llegué a las parcelas en donde se dan las zarzamoras, pero ¡oh sorpresa! Ya no es temporada, pues se me hizo tarde solo por unos días. Ya que la temporada de cosecha de zarzamora en tierras sanjuanenses empieza en mayo y termina en julio; teniendo una segunda cosecha en el mes de septiembre. Así que muy triste y con un helado de zarzamora en mano, me retiré de aquellas parcelas.
Ya que estábamos en carretera, mi amigo y fiel acompañante me propuso ir a Amealco, y cómo decir que no, si el clima nublado me invitaba a seguir por las carreteras Queretanas.
En este artículo no voy a profundizar en aquel municipio amealcense, más bien quiero invitarte a que abras bien los ojos y te des cuenta de las maravillas naturales que nos regala el camino hacia ese lugar. Y es que, si te vas por la carretera de Galindo, pasarás por varias comunidades sanjuanenses que te regalarán paisajes padrísimos, así como una variedad de comida, entre ella, barbacoa, gorditas, quesadilla, mucho pollo y bastantes elotes.
Pasarás por el pequeño lago “Puerta de Alegrías” en donde algunos de los automovilistas hacen una parada para disfrutar del minúsculo cuerpo de agua y tomarse fotografías. No puedo dejar de mencionar al pequeño perrito que da la bienvenida a cada visitante que baja de sus carros con una caricia.
Unos cuantos kilómetros adelante, encontrarás un conjunto de peñascos que enmarcan una de las barrancas más grandes e importantes, aún del municipio de San Juan del Río, parada obligatoria para los amantes de la fotografía que ya volvieron de ese lugar un inigualable “mirador”.
Ya que hicimos esas paradas, ahora sí llegué a uno de mis lugares favoritos del estado, por su clima nublado y frio, por su pintoresco centro, calles, casas con tejas rojas y la ya famosa e internacional, pero de raíces ñañú “Lele”.
En el centro del municipio de Amealco aún se ven las medidas de seguridad sanitarias, ya que parte de la plaza principal se encuentra acordonada, las bancas que se ven en las jardineras de los andadores están también inhabilitadas para sentarse. Los negocios piden a los clientes el uso obligatorio del cubre bocas y guardar la sana distancia. Sin embargo, todo lo anterior no influye a que este pueblo mágico sea visitado por los turistas.
Me encantó ver como aún con tales medidas sanitarias y en semáforo naranja por el COVID-19 en Querétaro, algunos artesanos amealcenses siguen trabajando, ofreciendo sus productos en un corredor artesanal en las calles que encierran el Jardín Miguel Hidalgo, a unos metros de la plaza principal. Y bueno, qué les dijo yo… es una belleza ver tantas cosas de Lele. Desde las ya tradicionales muñequitas hasta mandiles, pasando por bolsas, zapatos, playeras, carteras, rompecabezas, aretes y muchas cosas más, todo con la imagen de Lele o también adoptada por muchas personas como “La queretana”. Casi lo olvidaba, encontrarás muchos cubrebocas con la imagen de la muñequita que ya le fue a dar la vuelta al mundo.
Sin duda visitar Amealco es una delicia, y más si abres bien los ojos y te detienes a disfrutar las maravillas del camino, en verdad que no te arrepentirás. ¡Buen viaje!