Nombre de la columna: Economía y Negocios
Por. Mario Alberto Metacoach
Twitter @mhmetacoach
La semana pasada concluyó la 85ª Convención Bancaria en Acapulco y hay muchas notas interesantes muy lejos del incidente, un día antes, con la indiscreción del Presidente López Obrador, por haber dado información confidencial, sensible y que sólo le correspondía revelar, al Banco de México.
La banca es importante para el país porque capta el ahorro de las economías domésticas (como usted o yo) y que, a su vez, se convierte en préstamos para aquellos que necesitan dinero.
Somos aproximadamente 126 millones de mexicanos de los cuales, alrededor de 93 millones, somos adultos con capacidad de tener una cuenta de ahorros, esto representa una gran oportunidad de colocación de servicios y al mismo tiempo el reto de educar en finanzas personales, sin olvidar que hay sectores de la población donde el beneficio de la banca no ha permeado.
Es importante que la población tenga acceso a la banca, si usted visita por ejemplo Colombia, el 90% de las transacciones se llevan a cabo mediante tarjetas de débito o crédito, en Panamá basta con su pasaporte para que pueda obtener una tarjeta de crédito y/o abrir una cuenta en cualquier banco, es verdad que las leyes financieras en ambos países son más laxas que en México; pero también es verdad que factores como: una estrategia gubernamental que colabora de manera coordinada con el sector privado y un entorno regulatorio que protege a los consumidores y que promueve la creación de nuevas herramientas por parte de los bancos, son la clave para lograr comprar en la panadería de barrio y es esto lo que hace falta en México.
Según el estudio “El Microscopio global de 2020 El papel de la inclusión financiera en la respuesta frente a la COVID-19” a cargo de The Economist Intelligence, México tenía una calificación en 2018 de 68 puntos en la inclusión financiera y para 2019 aumentó la calificación a 74 puntos pero de ahí no se movió en 2020 y no esperamos que sea diferente para 2021 esto significa que hay mucho que hacer entre las reglas que pone el gobierno (incluida la fiscalización) y la apertura que deben tener los bancos que juntos impulsen el desarrollo urgente del país.
Cuando todos los giros acepten tarjetas de crédito o débito, veremos una economía más dinámica, segura y abierta al desarrollo, incluso al gobierno le conviene ver en esto, la posibilidad de fiscalizar y tener mejor información para aplicar programas y políticas públicas de impacto real en la economía, esto lo podremos ver cuando pueda comprar sus tortillas con su tarjeta y manejar sus finanzas desde su teléfono; porque estaremos ante dos cosas PyMes modernas y bancarizadas y consumidores prácticos y educados en el manejo de sus finanzas
¿A usted no le gustaría comprar sus tortillas con su tarjeta?