En 17 años, unas 300 mujeres se han casado contra su voluntad y previo acuerdo monetario
ajeno a ellas, según ONG
No hay cifras oficiales del número de casos de este tipo en la Montaña de Guerrero, donde pagar una dote por la esposa
sigue vigente, sobre todo entre la población de origen tu’un savi.
Este es el segundo municipio con el índice de desarrollo humano más bajo de América Latina, por debajo de los países que integran el África Subsahariana. El que ocupa el quinceavo lugar entre los más pobres, a nivel nacional, de acuerdo con el Coneval.
Es también el municipio del estado de Guerrero donde “sus hombres” llegan a pagar hasta 180 mil pesos por una adolescente para hacerla “su mujer”. O bien, los padres pagan esta cantidad para que sus hijos tengan una esposa virgen y menor de 15 años.
Generalmente en contra de su voluntad y violando su derecho a decidir si quieren o no hacer vida en pareja y con quién.
De acuerdo con el Centro de Derechos Humanos de laMontaña Tlachinollan, en los últimos 17 años, unas 300 mujeres han tenido que casarse bajo estas condiciones.
—Si es mayor se dice “que no la quieren para puta” —dice el comisario de Yuvi’ nani, Melitón Hernández—, un pueblo tu’un savi de Metlatónoc que, como su nombre lo dice, está a la orilla de un arroyo largo.
“Es una vieja práctica que no podemos erradicar, aunque la ley dice que la práctica se configura como un delito, específicamente de trata de personas”, dice sin mayor congoja el asesor del síndico de Metlatónoc, el abogado Serafín Nava Ortiz.