“Dreamers” y el choque de las civilizaciones
A un año del inicio de la era Donald Trump, los lineamientos de política migratoria se han convertido en un destello de psicosis social e incertidumbre para los llamados Dreamers, quienes viven en suspenso ante el posible término del programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, por sus siglas en inglés).
¿Porqué es motivo de reflexión un tema que acontece del otro lado de la frontera norte? Simplemente porque se trata de connacionales, de mexicanos que fueron víctimas de la expulsión de población en su país de origen; se trata de personas que aspiran a vivir dignamente a través del esfuerzo y el trabajo libre, además, porque es un tema estratégico en la política global, define nuevas pautas para participaciónn política de la comunidad hispanoamericana, y sobre todo, porque se trata de un choque cultural entre dos civilizaciones.
EUA es una potencia de occidente que creció a partir de los flujos migratorios; en la lucha por su consolidar su hegemonía mundial emprende una política de exclusión en contra de los principios universales de la dignidad humana. El discurso nacionalista, xenófobo y racista de Trump evidencia el conflicto de dos culturas, por un lado la superioridad económica, ideológica y moral de los estadounidenses de segunda o tercera generación, y por el otro lado, una cultura hispana y latina que es relegada por representar una amenaza al estatus quo de la clase dominante.
Ciertamente entre la sociedad norteamericana parece apreciarse una mayoría que se solidariza con las causas de los Dreamer, sin embargo, las medidas de la élite gobernante actúan en sentido contrario; lo que pone al descubierto la contradicción entre los derechos de los ciudadanos libres y las desigualdades de los inmigrantes.
Alrededor de 800 mil jóvenes están en suspenso respecto a su situación migratoria; de acuerdo con algunas estimaciones el 78% son mexicanos, y aproximadamente existen unos 200 mil hijos de la generación de los Dreamers. En su mayoría, se trata de historias de vida que han tenido acceso a las universidades, que han visto un incremento en sus percepciones salariales, y la protección del DACA, les ha permitido tramitar licencia de conducir y viajar libremente por todo el territorio estadounidense. Por ello, el desenlace de las acciones del gobierno de Trump terminaría con el proyecto de vida de una generación migrante distinta.
Para el gobierno de Washington utilizar la posible continuidad, la suspensión, la revocación judicial o la prórroga del DACA como moneda de cambio para ciertos proyectos presupuestarios, despertará una comunidad que exige sus derechos y que pronto será determinante en la orientación del voto hispano. El sueño americano dejó de convertirse en la proeza de una clase social emigrante de las zonas de mayor rezago social en México y Centroamérica; los Dreamers han iniciado una nueva era, representan una nueva generación, sin duda, su sueño se sitúa en el contexto del respeto a sus derechos humanos, civiles y políticos. El sueño americano de llenar los bolsillos de dólares sufrió una metamorfosis, ahora el sueño es la libertad, la educación, tener una identidad cultural propia.
Ser reconocidos e incidir en las decisiones de un gobierno que los hace parecer ajenos. ¡Defensa y apoyo a los soñadores!….
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Por: Baldomero Pérez
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