Escribe.-Fernando Roque
Aún recuerdo cuando este tipo de películas se exhibían en nuestra ciudad: las salas llenas, sobre todo los domingos y si, este cine era como la mujer impura y la piratería: todos la critican pero todos gozamos sus placeres. Y también debemos reconocer que este tipo de cine sostuvo a la industria cinematográfica nacional en una época de crisis y fue consecuencia de las circunstancias del país. Antecedentes: En 1937 el también pintor Adolfo Best Maugard dirigió una película maldita y polémica “La mancha de sangre” de ambiente cabateril y arrabalero y en 1949 Alberto Gout dirige “Aventurera” con la sensual Ninón Sevilla como una inocente jovencita obligada a trabajar en otro cabaret. Posteriormente aparecieron los primeros y estáticos desnudos: Amanda del Llano, Kitty de Hoyos, Columba Domínguez y Ana Luisa Peluffo. Hay que remarcar que Rodolfo Echevarría, hermano del presidente y también actor le dio el impulso al cine de este tipo, pero también al cine independiente de denuncia: Felipe Cazals, Ripstein, Leduc et al. En 1976 Cazals dirigió “Las Poquianchis”, mirada realista de la prostitución, como una cadena de vasallaje y explotación. Los antiguos productores privados fueron corridos de Los Pinos por el propio presidente Luis Echeverría, pero después se vengaron aprovechando un desinterés por parte del Estado para realizar cintas de calidad. Se creó después RTC (Radio, televisión y cinematografía para apoyar a la hermanita del preciso de entonces: la pésima musa Margarita López Portillo, quién invirtió el dinero de nuestros impuestos en cintas históricas dirigidas por extranjeros y dándole en la torre al cine mexicano. Ante ese desorden regresaron los productores privados con un cine rápidamente hecho para obtener grandes ingresos con cintas de desnudos, albures y cómicos con humor adolescente que enraizó en un público como el mexicano, reprimido sexualmente. Tan sólo en 1981 se produjeron 30 de estas películas. La máxima estrella de este cine fue Sasha Montenegro, nacida en Italia de padres yugoslavos, quién incluso, como en película surrealista, se casó con el expreciso José López Portillo, cuyo sexenio apoyó más a este cine. Aparecieron así las estrellas Angélica Chain, Lynn May, Isaura Espinosa, Anaís de Melo, Grace Renat, la paraguaya Wanda Seux, Rebecca Silva y otras, amén de la cómica Carmen Salinas “la corcholata” porqué siempre estaba pegada a la botella, y los cómicos Lalo el Mimo, Rafa Inclán, el Güero Castro, Luis de Alba, el Flaco Guzmán, Chatanuga, Alfonso Zayas y otros, sin faltar la Sonora Santanera con su “Perfume de gardenias tiene tu booooca…” El realizador más prolífero fue Víctor Manuel el Güero Castro (incluso varias cintas fueron filmadas en su casa, con alberca techada). Las películas más representativas fueron: Esta noche cena Pancho, Huele a gas, El Mofles y los mecánicos, La pulquería, Los verduleros, Me gusta de Helado, Emanuelo: nacido para pecar, La golfa del barrio, Chile picante, Burlesque, Bellas de Noche, Las del talón, Los mexicanos calientes, Buenas y con…movidas, Picardía mexicana, Muñecas de medianoche, los mexicanos calientes. Una anécdota: la cinta “Pelón, metiche y encajoso” de 1988 se quedó sin el primer adjetivo para que no se viera como una referencia a Carlos Salinas de Gortari. Muchas de estas cintas solo aparecieron en videohome y con la crisis económica de 1994 casi desapareció el cine mexicano. En 1995 apenas llegó a la docena de producciones y de esa manera desapareció este tipo de cine. Ahora que la gran película “Roma” está por arrasar en los Oscar hay que recordar que estas cintas también son parte de nuestra historia fílmica (Si quiere leer más sobre esta época lea el artículo “Cuando el cine mexicano era un burdel” de Leonardo García Tsao).