*** La empatía y la conexión con la ciudadanía, hicieron a Juan Alegría Ugalde un triunfador, además de su conocimiento en medicina, tanto de patente como alópata.
*** El anuncio lo hacen sus herederos, y desde ayer jueves, Farmacia Juanito no abre más sus puertas.
Por Raúl Rosillo Garfias
Tras el anuncio de los herederos de Juan Alegría Ugalde, de cerrar de manera definitiva la popular y ya tradicional farmacia Juanito, que nace en los albores del 1991, y que vino a sumarse al nacimiento y la llegada de farmacias de grupos empresariales dueños de cadenas y de laboratorios, que llenaron anaqueles de medicamentos de fórmulas genéricas, empezaron a hacer estragos en las tradicionales farmacias que tenían aún algunas actividades de botica, como la Juanito, ubicada en pleno corazón de la ciudad y que ha dejado de operar este jueves.
Juan Alegría, mejor conocido por su carácter, su afabilidad y su empatía con los sanjuanenses, como Juanito, aprende el oficio de boticario o farmacéutico en la Botica y Droguería de los hermanos Jesús y Cástulo Badillo Nieto, al separarse de ese negocio opta por iniciar el propio en el año 1991, alcanzando una fama relevante y sumándose al progreso de San Juan del Río, que experimentaba para entonces cambios sociales, políticos y económicos.
San Juan del Río conserva un rico legado boticario donde tradición y modernidad conviven. Boticas como la de Jesús, La Regina o la Cruz Blanca y la Guadalupana, llevaron a cabo un servicio farmacéutico artesanal con tinturas y remedios caseros, ajustándose con el tiempo para ofrecer también medicamentos de patente y mantener su relevancia. Hoy en día aún se valoran por su trato personalizado y los productos únicos que ofrecen.
La escuela de las boticas luego convertidas en farmacias aún existe con varios negocios por diferentes rumbos de la ciudad, es una historia apasionante e importante, y desde luego se lamenta que este 26 de junio, de por terminadas sus actividades una de las farmacias más visitadas y demandadas por los ciudadanos inclusive de las comunidades… La Farmacia Juanito…
Los boticarios aparecen allá por el siglo XVII, y eran personas preparadas para preparar remedios, tintes y fórmulas artesanales, para aliviar el dolor de los ciudadanos, que los reclamaban, para el siglo XIX, aparecen los farmacéuticos, aunque estos no desplazan a los boticarios, que tenían toda la experiencia y la expertise para seguir subsistiendo, aplicando desde luego el uso de la medicina naturista.
San Juan del Río, para 1947 ve abrir las puertas a la Botica de Jesús, y ahí ahora sigue funcionando en una tercera y posiblemente hasta en una cuarta generación, en la calle de Hidalgo, calle comercial en el corazón de San Juan del Río, en donde también estaba, la hasta ayer Farmacia Juanito.
En estas dos farmacias y tal vez en alguna más, se preparaban aun en este tiempo tinturas, lociones, remedios, píldoras y se le seguía dando importancia a la medicina alópata… en otras se vendían algunos brebajes llamados espíritus para el espanto, pan puerco para el empacho, los polvos de bismuto, y gracias a la empatía de los boticarios o farmacéuticos, se logró empatar estas dos maneras de medicar a la gente con la modernidad.
Otras boticas o farmacias que existieron en San Juan del Río, desde luego la Regina de don Ernesto Callejas Pacheco, que fue presidente municipal, y en donde el principal dependiente siempre fue su hermano don Lupe, la Cruz Blanca, de don Javier Trejo, y la Guadalupana de don Cándido Pérez, que no el personaje de la televisión, así se llamaba este boticario, y tal vez nos esté faltando algún dato de otro negocio de estos en San Juan del Río, pero no hay registros… y según la investigación Querétaro aún conserva algunas boticas que funcionan y que son rentables…