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*** Bienvenido a Bitácora Edilzar Salvador Castillo… con su sección Bitacuentos
De plácemes sin duda se encuentra todo el equipo de #bitacoramultimediosmx.com al incorporar como colaborador de este semanario a Edilzar Salvador Castillo González… quien tendrá a su cargo la sección Bitacuentos, con una frecuencia semanal, como es costumbre del semanario…Nuestro colaborador estudio contaduría en el Instituto Politécnico Nacional, ha sido administrador de empresas, estudio pedagogía en la FESC/UNAM, es catedrático de la UAQ Campus San Juan del Rio… y su gran mérito es ser un estudioso de la lingüística..
Nuestro personaje en cuestión tiene un amplio currículo, Miembro activo del Centro Regional de Cultura de Cuautitlán Izcalli, ha mostrado su obra en el Heraldo de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas y en la Revista Momento de Puebla… en la revista Lluvia de Letras de Tequisquiapan, Querétaro… sólo por mencionar algunas y tiene infinidad de obras, algunas de ellas publicadas por Porrúa Print… ha estado en las ferias del libro del Palacio de Minería… y se describe como un ser humano que ha desarrollado un estilo y una mirada que va mas allá de lo superficial.
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Fue un sábado por la tarde, después de batallar, donde estacionar el coche, caminé hacia donde se concentra la gente, los aparadores luminosos, sugerentes, música salpicando el espacio, tránsito peatonal por todas direcciones, como un hormiguero: Llegué al pie de las escaleras eléctricas.
La vi por primera vez, ella empezaba a bajar yo empezaba a subir, fuimos tocados por ese invisible relámpago de atracción a primera vista en ese brevísimo regalo del tiempo, supimos que ella era la mujer de mi vida y yo el hombre quien le tocaba. Su mirada una sonrisa de los ángeles o, del demonio.
A través de nuestras miradas penetrantes y entregadas nos conocimos, tal vez nos enamoramos, nos deseamos, nos dimos la carne y la humedad de nuestros instintos. Amantes fugaces y perfectos, fuimos de alguna manera dichosos; pues mientras las escaleras cumplían su inexorable destino, nos invadió la realidad, yo, no conocería su celulitis, ni escucharía sus reclamos ni sus lágrimas, ella no sabría de mis agruras, humores, mi pasión por el futbol y otros vicios, tampoco no habría pleitos, embarazos, pediatras, tareas, ni juntas en escolares, ni dame las llaves del auto, pagas el teléfono y las tarjetas de crédito, ni ahora no porque estoy cansada, ni ya me tienes harto, perdóname.
Así, sin dejar de mirarnos, sin dejar de restregarnos esa pasión etérea e inefable, sin dejar de sorber esa miel que gotea en segundos luminosos, ella tiesa en su descenso yo inerme en la subida, incapaces de decirnos adiós, cerramos los ojos, oprimimos la mano de nuestra pareja y volteamos la cabeza para no volver a vernos jamás.
Edilzar Castillo