Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Ovario que se conmemora el 8 de mayo, la Secretaría de Salud del estado de Querétaro informa sobre esta enfermedad, considerada un problema de salud pública debido a su creciente incidencia, su diagnóstico generalmente tardío y su elevada tasa de mortalidad.
El cáncer de ovario es un tumor maligno que se caracteriza por la pérdida de control del crecimiento, desarrollo y multiplicación de las células ováricas, con capacidad de producir metástasis.
El epitelial y el germinal son los principales tipos de este cáncer. El epitelial, inicia en las células que cubren el ovario, representa el 95% de los casos de cáncer de ovario y afecta sobre todo a mayores de 45 años. El cáncer de ovario germinal, inicia en las células que se encuentran en el interior del ovario y que forman los óvulos y se presenta en el 5% de los casos, afectando principalmente a mujeres jóvenes.
Las etapas del cáncer de ovario se clasifican en una escala de I a IV. La etapa I es cuando el cáncer está limitado dentro de uno o ambos ovarios; la etapa II es cuando además se ha propagado a otros órganos de la pelvis; la etapa III es cuando ya se ha propagado al revestimiento del abdomen y a los ganglios linfáticos; la etapa IV es la más avanzada y es cuando se ha propagado al interior del hígado, pulmones y otros órganos.
Los factores que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de ovario son: el inicio de la menstruación antes de los 12 años; terapia de reemplazo hormonal durante la menopausia; no haber tenido hijos; tener antecedentes familiares con cáncer de ovario, mama o colón; padecer obesidad; estilos de vida poco saludables; la edad (después de la menopausia).
Los síntomas de este tipo de cáncer son: dolor abdominal o pélvico, aumento del tamaño del abdomen o distensión abdominal persistente, necesidad de orinar con frecuencia o con urgencia, sensación de llenarse rápido al comer o beber pequeñas cantidades de alimento, sangrados vaginales anormales –entre los períodos menstruales o después de la menopausia-, aumento o pérdida de peso, dolor de espalda, indigestión, náuseas, cansancio excesivo, dolor durante las relaciones sexuales o sangrado posterior al coito.
El diagnóstico se realiza a través de la historia clínica de la paciente, y estudios de laboratorio y gabinete.
El tratamiento va de acuerdo al estado de salud de la paciente y de la etapa en la que se encuentre el cáncer; puede consistir en: cirugía, radioterapia, quimioterapia.
Algunas medidas preventivas contra el cáncer de ovario son: Evitar el consumo de alcohol y de tabaco. Realizar actividad física, de 30 a 60 minutos diarios. Aumentar el consumo de frutas y verduras. Disminuir el consumo de grasas animales.Consumir ácido fólico.
Asimismo, existe un menor riesgo de padecerlo entre las mujeres que han tenido hijos, a las que no; la lactancia materna reduce en la mujer la exposición a altos niveles de estrógenos, ya que aumenta la prolactina.