Bitácora 665.-
Escribe Roberto Jiménez Salinas
Muy grande es el deterioro de amplias zonas de tierra de pastoreo por las malas prácticas, el introducir una cantidad mayor de ganado que la que puede amortiguar el suelo, y recuperarse al paso del ganado ocasiona un grave deterioro al entorno y al pequeño y frágil ecosistema del lugar.
Lo correcto y urgente es el dotar de herramientas a los productores pecuarios para la práctica correcta del pastoreo, evitar la erosión del suelo y recuperar la producción de pastos y otras especies comestibles y saludables para el ganado. Lo mejor es regresar a lo natural, descansar fracciones de terreno al menos durante un año para lograr la dispersión de semillas y establecimiento de las plantas y arbustos, colocar un apiario en la zona de veda para garantizar la polinización, formar barreras naturales de conducción y contención, favorecer el establecimiento de plataformas y captar el agua sobrante de lluvia en ollas o jagüeyes.
Nuestro campo languidece por hacer caso a prácticas novedosas e inyección de fertilizantes y agroquímicos que lejos de solucionar el problema lo agravan volviendo insalubre y estéril la tierra, y en consecuencia pobre, árida y sin futuro para los propietarios que al verse sin sustento deciden vender sus parcelas, ejidos o zonas comunes de pastoreo.