Por Andrés Garrido del Toral.
Cronista emérito de Querétaro
Junto con la Estudiantina de la U.A.Q., la Banda de Música del Estado es el ícono musical más importante de nuestra entidad, teniendo ambos conjuntos musicales una coincidencia: el haber sido dirigidos en lo musi-cal y esencial por el insigne maestro Aurelio Olvera Montaño. “Yeyo” Olvera —como popularmente lo iden-tificamos—, asumió la dirección de la Banda en 1970, mientras que su hermano, el profesor Luis Olvera Montaño, tomó a su cargo la subdirección en 1971, dejando ambos alma, corazón y vida en tan entrañable institución musical. Cuando llegó el momento de decidir si continuaban los dos hermanos en la dirección de la Banda o en otras actividades, Aurelio renunció a dirigir a la Estudiantina y Luis a la Estudiantina Femenil.
Aurelio recibió la batuta de la Banda de manos del profesor José Dionisio Limón, excelente clarinetista que marchó a incorporarse a la Sinfónica de Jalapa, y que le antecedió de manera inmediata en la dirección a Olvera Montaño. Antes habían pasado por la misma Feliciano Peña, Ponciano Gayosso y el primer director: el maestro Aurelio Rivas. En el año de 2015, los profesores César Serrano Amador y Carlos Olvera Gutiérrez hacen sus pininos en la dirección cuando por motivos de vida y salud los Olvera Montaño se encuentran ausentes. Esto quiere decir que hay una verdadera carrera musical dentro de la prestigiada agrupación.
La Banda existía desde principios del siglo XX, pero fue el gran gobernador Noradino Rubio Ortiz quien, en 1942, le dio el nombre oficial de Banda de Música del Estado, adscribiéndola desde hace 73 años a la oficia-lía Mayor del Poder Ejecutivo, bajo el control operativo de la Dirección de Eventos. Está conformada por 45 músicos, siendo la mayoría de ellos, herederos de los músicos de bandas de los pueblos circunvecinos a la ciudad de Santiago de Querétaro, como Santa María Magdalena, El Pueblito, La Negreta, Tlacote el Bajo, Tlacote el Alto, Carrillo Puerto, Ceja de Bravo, Bravo y demás poblaciones que tiene fama de su riqueza filarmónica.
Con ese porte y ataviados con elegantes trajes oscuros bien combinados, amén de su juventud, los integran-tes de la Banda oficial estatal ya parecen galanes de cine o de televisión en su andar por las calles citadinas, quedando muy lejos aquella imagen del músico chaparrito, moreno, cacarizo y con pelo tieso, ataviado con traje azul escuela y zapatos color café, que los caracterizó en tiempos pasados. Sus ensayos cotidianos en el jardín de El Arte son una alegría para los melómanos, pero un fastidio para burócratas y oficinistas amar-gados con visos de una vida sexual y espiritual pobre.
Lo mismo oímos y vemos a la entrañable agrupación en desfiles y conmemoraciones cívicas que en las más importantes fiestas patronales y navideñas; lo mismo ofreciendo conciertos didácticos en una escuelita jodi-da de la Sierra Gorda o en un auditorio municipal herrumbroso que dando un concierto de gala en el Teatro de la República, en el teatro Metropolitano o en el auditorio Josefa Ortiz de Domínguez. Claro que lo más tradicional y decano entre la cultura nacional, no solamente local, son sus serenatas dominicales en el jardín Zenea, corazón popular de Querétaro.
El martes 8 de septiembre de 2015 se presentó la Banda de Música del Estado en Plaza de Armas en punto de las 19 horas para mostrar a la queretanidad su nuevo proyecto musical hecho realidad: un álbum musical doble, llamado “Lo Sinfónico y lo Nuestro”, que cierra el ciclo de la Banda en los municipios del interior. El gran concierto contendrá piezas del repertorio clásico y de música gourmet como “Fantasía Rusa”, “Danza Húngara número 6”, “La Misión” de Morricone, “Bolero” de Ravel y “El Resurgimiento del Ave Fénix”, además de música queretana y mexicana como “Marcha-Himno Querétaro”, “Rosalía”, “pasos dobles, popurrís y danzones.
Como justo homenaje agrego que la famosa “Marcha-Himno Querétaro”, del maestro José Maldonado, creada a petición del entonces gobernador Antonio Calzada Urquiza, fue ratificada por la Legislatura salien-te como el himno oficial de Querétaro, en el concurso convocado por el inquieto músico y ahora flamante diputado federal Braulio Guerra Urbiola. Cabe añadir que los versos centrales son los de Maldonado, pero las estrofas que cantamos desde la primaria son de la inspiración del talentoso maestro Luis Olvera Montaño, fallecido el año de 2016, quien con humildad nunca exigió aparecer en los créditos de tan conocida obra. Disfrutemos de sus magnos conciertos.