Cuentan que allí durante el velatorio
de Vanegas Arroyo se hizo notorio
Los desarrapados papeleros de la calle
hicieron guardia de honor, gran detalle.
Porque “Don antonito” como le decían
les dio amor y trabajo y le bendecían
eran miles de calaveritas que circulaban
alegremente por las calles de la capital.
Ahora descansa en el Panteón de Dolores
recibiendo de la muerte respeto y honores.
LE JOS UIS