Por El Hombre de Negro
Más que un éxito del rock progresivo, “Another Brick in the Wall” de Pink Floyd es un himno de protesta contra los sistemas opresivos de educación y autoridad. Lanzada en 1979 como parte del emblemático álbum The Wall, la canción se convirtió en una crítica directa a los métodos educativos rígidos y deshumanizantes de la época.
La canción —especialmente su parte II, la más conocida— refleja el resentimiento de generaciones de estudiantes que crecieron en entornos escolares donde la creatividad era reprimida y el pensamiento crítico desestimado. La frase “We don’t need no education” (No necesitamos educación) no rechaza el aprendizaje en sí, sino el tipo de enseñanza autoritaria, punitiva y uniformadora que convertía a los alumnos en «otro ladrillo más en el muro».
“The Wall”, el álbum conceptual del que forma parte, narra la vida ficticia de Pink, un músico traumatizado por la pérdida, el aislamiento y las instituciones represivas. Cada experiencia negativa —la guerra, la sobreprotección materna, la escuela— es representada como un “ladrillo” en un muro emocional que el protagonista construye para aislarse del mundo.
La canción generó polémica en su momento, e incluso fue prohibida en algunos países. En Sudáfrica, por ejemplo, se convirtió en himno de protestas estudiantiles contra el apartheid, lo que llevó al régimen a censurarla en 1980.
Con un coro cantado por niños —reclutados en una escuela del norte de Londres— y una base rítmica casi disco, Another Brick in the Wall, Part II logró además un raro equilibrio entre crítica social y éxito comercial, alcanzando el número uno en varios países.
Más de cuatro décadas después, el mensaje de la canción sigue vigente. Su crítica no es solo hacia la escuela como institución, sino hacia cualquier estructura que suprima la individualidad y la libertad de pensamiento.