Escribe:- Jeronimo Gurrola Grave
En las últimas semanas, el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha insistido en la iniciativa enviada a los diputados del Congreso de la Unión para modificar la Ley de Presupuesto para otorgar prerrogativas a la Secretaría de Hacienda (SHCP) y reasignar el gasto de más de 600 mil millones de pesos del presupuesto de este año, de 6 billones 107 mil 732 millones de pesos, sin el aval de la Cámara de Diputados, por la caíada, según explicó, de los precios del petroleo, el alza del dólar, reducción del turismo y remesas de mexicanos en el extranjero; propuesta que incluye eliminar los recursos de fideicomisos que a su juicio, se crearon de manera discrecional en gobiernos pasados.
Al suspenderse la convocatoria del período extraordinario de sesiones por la pandemia, López Obrador dijo que en caso de que el congreso no apruebe la iniciativa, hay márgenes para ajustar el gasto. “Queremos que conozcan el nuevo presupuesto, cómo estamos pensando enfrentar la crisis sanitaria y económica, atendiendo prioritariamente a los más necesitados y mantener la ejecución de los proyectos y acciones de la administración pública federal; se trata de cumplir lo que esta en la constitución con apego a la legalidad y transparencia”.
Como era de esperarse, los partidos de oposición manifestaron que votarían contra esta iniciativa por violar la facultad del Poder Legislativo, al otorgarle súper facultades al presidente de la República, como el manejo discrecional del presupuesto. El rechazo y las críticas llegaron desde su mismo partido, Morena, como el diputado Porfirio Muñoz Ledo, al considerar que se le otorgarían facultades unipersonales, al margen de la constitución.
En apoyo a la iniciativa, el coordinador de los diputados de Morena, Mario Delgado, anunció que ya no propondría un periodo extraordinario de sesiones para discutir la reforma presidencial. Criticó a los partidos que se negaron a acordar los cambios para que el Ejecutivo disponga del Presupuesto como él quiera y advirtió: “Le digo a la oposición, si se niegan a legislar en esta materia y no aceptan cambios sobre el manejo del Presupuesto de Egresos, después no vengan llorando que el Presidente le quitó aquí o le aumentó acá, cuando él les está poniendo en la mesa la posibilidad de que el Poder Legislativo, decida esas reasignaciones”.
Con los mismos argumentos desapareció ya, por decreto, 44 fideicomisos para contar con más recursos para, según la diputada federal morenista, Dolores Padierna, atender los efectos de la pandemia, temas de salud, economía y garantizar la continuidad de los programas sociales del bienestar, quien concluyó señalando la necesidad de terminar con la opacidad, la nula rendición de cuentas y el mal uso de los recursos públicos. Dejaron a la deriva, 26 centros de investigación, estudiantes becados en el extranjero, atletas de alto rendimiento, medallistas olímpicos, periodistas, defensores de derechos humanos amenazados, Conacyt, Cide, Fonden, Fidecine, etcétera, a pesar de que estos organismos se rigen bajo la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, la Ley General de Transparencia y son sujetos de fiscalización a través de la Auditoría Superior de la Federación.
Evidentemente, a AMLO se le ha hecho costumbre, basado en su desvencijada popularidad, en sus ilegales y tramposas encuestas a mano alzada y con el uso de su verdugo, Santiago Nieto, manejar el gobierno y el presupuesto como le viene en gana, como dictadorzuelo de 4ª con poses de santidad, a pesar de que su gabinete está plagado de funcionarios oportunistas, acostumbrados a vivir del presupuesto. Quiere a los diputados y a todos los mexicanos como Trump lo ve a él, como sus chairos, busca que le firmen un cheque en blanco para seguirse adueñando del presupuesto para gastarlo como patrimonio personal, sin fiscalización, ni evaluación de resultados.
¿Qué se puede esperar de un gobierno con finísimas personas de la calidad moral e intelectual del secretario Manuel Bartlet, los gobernadores, Miguel Barbosa, Cuitláhuac García y Cuauthémoc Blanco, de los senadores, Gómez Urrutia o Félix Salgado, la titular de la Conade, Ana Gabriela Guevara, y los líderes, Yeidkol Polevnski y René Bejarano, por menciomar a algunos? Resulta cuando menos gracioso que en su proyecto de reforma propone que las entidades y dependencias ajusten su gasto para regresar el sobrante al Ejecutivo. No se mide!