Bitácora 665.- Cultura
Escribe: -Conde Nando
En 2015 se cumplieron 150 años de publicado el cuento “Alicia en el país de las Maravillas” como agradecimiento a la niña Alice Lidell, una de las tres hermanas a las que llevaba a pasear al río (“Yo que me las llevé al río . . .creyendo que eran mayores de edad”). Alice, amiga casi íntima del reverendo Lewis era su favorita, una casi núbil Lolita nabokiana; en fotografías que el autor le toma ella seduce al observador ( o sea a Lewis ), fotografías posadas que éste le tomó para eternizarla visualmente igual que a otras niñas; en una muy famosa como pordiosera y en pose retadora-seductora ella se deja querer por la cámara del ¿ pederasta? L. Carroll. El cuento originalmente titulado “Alicia en el mundo subterráneo” y en su continuación “A través del espejo y lo que Alicia encontró allí”, estas breves obras han influido en toda la cultura occidental principalmente a través de juegos, pósters, ilustraciones ( por cientos de artistas ), canciones, películas, programas de televisión, parodias et al como pocas obras lo han hecho. Basadas estas historias en rimas, canciones, juegos de palabras, personajes populares e históricos: como la mismísima reina Elizabeth I a través de la Reina de Corazones “que le corten la cabeza”-repetía como mantra sádico; recordemos que esta reina vírgen mandó decapitar a su misma primita “María Estuardo” por cuestiones religiosas y políticas; otro personaje del cuento la Gran Duquesa está basada en el retrato de 1515 “La duquesa fea” de Quentin Metsys y el Sombrerero loco en una enfermedad real, pues estos personajes usaban el mercurio para tratar los sombreros y este iba alterando poco a poco su sistema nervioso y conduciéndolos a la locura o alteraciones de la realidad; el mismo síndrome de Alicia cuando con un brebaje crece y se reduce es provocado por beber láudano ( opio en alcohol ) pues hay que recordar que fueron los ingleses quienes volvieron opiómanos a los chinos para controlarlos e inutilizarlos, por lo que el mismo gobierno chino prohibía los fumaderos de opio que se expandieron por este gran territorio . Por cierto hay un curioso libro gráfico de Bryan Talbot llamado “Alicia en Sunderland” en el que con pretexto de hablar de Alicia y de Lewis Carroll de pasadita nos cuenta toda la historia de Inglaterra. Muy recomendable. Y aquí invocamos la sonrisa que queda flotando del gato de Cheshire, mientras este desaparece, como en un sueño de opio. Dulces sueños, Alicia . . .