Por Jerónimo Gurrola Grave
En una entrevista realizada al expresidente uruguayo, José “Pepe” Mujica, popular por su indiferencia a los privilegios, por la periodista chilena Mónica González, acerca de su concepción de lo que es el poder y cómo actúan las personas que lo tienen, este contestó de modo alegórico: … el poder no cambia a las personas, solo revela lo que realmente son…”
Y según el médico y político británico David Owen, autor de la obra: “En el poder y la enfermedad”, señala que el poder puede convertirse en un trastorno y quienes lo padecen, líderes empresariales o políticos se sienten capaces de realizar grandes tareas, creen saberlo todo y que de ellos se esperan grandes cosas, por lo que actúan yendo un poco más allá de la moral ordinaria.
Viene esto a cuento porque así vemos cómo en México es cada vez más común ver a presidentes de la República, gobernadores, presidentes municipales, Senadores y Diputados, que hacen todo por no perder su hegemonía, dejando como sus sucesores a esposas, hermanos, compadres, amigos o secretarios particulares, de tal manera que si ellos duran nueve o doce años viviendo del erario a costa de la bondad de los ciudadanos de su demarcación, se pueden convertir en los dueños absolutos de vidas y haciendas para siempre.
No es ninguna exageración decir que conozco casos donde se han llevado la presidencia municipal, de la cabecera oficial, no solo a su pueblo sino a su casa. Así, en 2011 el gobernador panista de Nayarit, Antonio Echevarría, a su salida, hizo candidata a la gubernatura a su esposa, sin lograrlo, y después a su hijo, ahora exgobernador del mismo nombre, el priista Humberto Moreira le dejó el gobierno del estado a su hermano Rubén Moreira, el ex Senador y ex Diputado morenista Félix Salgado Macedonio, con apoyo del crimen organizado, impuso a su hija Evelyn Salgado, etcétera, la lista es larga.
En Querétaro las cosas no han sido diferentes. Por ejemplo: el panista Enrique Vega Carriles, ha estado doce años al frente de la alcaldía de El Marqués y ya designó como próximo candidato a sucederlo, a su jefe de la oficina de la presidencia y cercano a la familia. En Corregidora, el actual diputado panista Antonio Zapata Guerrero, igual que el secretario particular del gobernador, ya se anotó para lanzarse por cuarta ocasión para suceder al también panista, Roberto Sosa, después de dos trienios al frente de esa demarcación.
De igual manera, la presidenta de Tolimán, María Guadalupe Alcántara ya trabaja abiertamente para dejarle el puesto a su hermano, Cesar Alcántara. El alcalde Antonio Mejía Lira de Tequisquiapan, después de tres administraciones hace todos los “amarres” para dejarle la presidencia a su hermana, actual presidenta del DIF municipal, y en Pedro Escobedo, Amarildo Bárcenas promueve con todo, a su esposa para dejarle el poder, a su salida como presidente municipal. Claro, también todo debidamente “planchado”.
A los ciudadanos queretanos que no tienen amigos o parientes poderosos, que no son secretarios particulares, empresarios, ni pertenecen a la “clase alta”, como siempre, les toca pagar los impuestos (que, por cierto, como en Tequisquiapan, son de hasta 60 mil pesos en las comunidades que no tienen servicios públicos) y recibir a cambio, una despensa, un tinaco (aunque no tengan agua), un calentador solar o una tarjetita para mujeres “Contigo”, a cambio de su voto. Ciertamente, como bien lo dijo el ex presidente uruguayo, el poder no cambia a las personas, solo revela lo que realmente son. De allí, el hartazgo del pueblo contra los políticos…
@jgurrolag1