#Bitacoramultimedios
La vida se nos presenta sin avisarnos y se nos va de la misma manera. Mientras nos estancamos en el odio, rencor, ambición de poder y apatía por comprender nuestra condición humana, la vida pasa y nos deja a solas decidir cómo manejar el milagro que es la existencia. El ser humano se ha desarrollado en un mundo, un territorio muy bello, con sonidos, colores, momentos que si los observamos con atención son un lenguaje que nos invita a poner la atención en lo que en realidad es nuestra función de vida, aclarando, que no es mi intención pontificar ni aleccionar que hacer con nuestra vida en este mundo, por la sencilla razón que nadie nace sabiéndolo y en ocasiones podemos vivir una larga vida, llena de años y experiencias y aún no entenderlo.
Pero es bueno reconocer que suele suceder que en una fracción de segundo puede darse el mensaje que nos puede acercar a una humana respuesta. Cada quién lo puede vivir de diversa manera, esa es la magia de nuestra presencia en este mundo.
Elegimos lo que hacemos con los mensajes que nos ofrece la vida y la responsabilidad no se comparte, se asume; sólo será eso si tenemos el valor de ser humildes, que es el valor supremo para ser un buen ser humano. Sabido está que el sistema que gobierna esta tierra imperfecta se ha desembocado en nutrir la soberbia que es al atributo más oscuro que habita en nuestro ser, que se manifiesta de infinitas formas, hay que tener la valentía de decir sin hipocresías que todo acto que hagamos y que cause dolor al otro para así llegar a cumplir tus intereses es un acto de un perdedor.
Una enseñanza de vida para mí de una vida luminosa que tuve la fortuna de disfrutar en este camino, es que siempre y a pesar de todo, sin esperar nada a cambio siempre, siempre, elegí hacer el bien.
Así lo aprendí de mi Madre y así lo haré el resto de lo que reste de mi vida. No importa si actuar así me puedan decir que puedo perder, porque cuando sabes lo que en realidad vale la pena de nuestra misión en esta efímera estancia terrenal, sabes que estás haciendo lo correcto.
La fragilidad humana, nos exige tener el hábito de hacer el bien que al final es el poder más efectivo, pero eso sólo se sabe al final de la existencia, mientras se vive, uno puede seguir engañándose en vacuos espejismos que nos impiden vivir plenamente.
Vivamos con sensibilidad aunque nos hayan hecho creer que no es eso de ganadores. Les dejo mi Twitter: @robercachoa ¡Todo bien!