Lic. Roberto Cárdenas Cachoa
El Internet del Ser
La literatura nos ha brindado grandes ejemplos aún perdurables de la distopía que podemos experimentar como seres humanos. Más allá, de la ciencia ficción, de Cyber Punk, la realidad contundente nos ha permitido, vivir, observar y padecer, cómo el ansia de estar “conectados”, ha llevado al ser humano a un estado zombi, por decir lo menos. Desde el “Internet de las cosas”, cuyo fin es darle “inteligencia” a los objetos cotidianos en nuestro centro de trabajo o el mismo hogar, como lo es el clásico refrigerador que puntualmente “avisa”, que ya falta algún producto perecedero para nuestra alimentación, hasta casos absurdos que lo único que están logrando es incrementar un estado idiota al ser humano, ejemplos sobran, como también sobran los que creen que automatizar todo es “bueno” para la humanidad. No niego que hay elementos importantes para nuestro bienestar, como los avances de la medicina (aunque sólo para una la minoría pudiente), que esperemos muy pronto se generalice y otras acciones que nos brinden mayor integración como especie, olvidemos que esta estar “conectados” es estar “comunicados”, es una ñoña falacia, que los oportunistas es decir los “ganones” de las empresas que dominan el mercado virtual, es decir las empresas más poderosas de la actualidad, ejemplo Google, ya ustedes pueden mencionar las siguientes, pues somos clientes fieles por que las “necesitamos” para estar conectados, según ellos. Ahora los nuevos Gurús del “mainstream cool”, (lo escribo así, porque los más alienados en este sistema, les encanta escribir en inglés sus eventos de vida), ahora nos hablan no sólo del internet de la cosas, sino, del “internet del humano”, añorando el ser humano cybor, que tendrá aditamentos tecnológicos para su mejor capacidad de “éxito”, ja, ja, ja. Puede que ya este esto en acción, pero…de que sirve tantos cables y chips, apps y demás objetos plásticos, si ya el mismo sistema olvida, obvio, por interés, que lo que puede darle más éxito al ser humano, es fomentar la comunicación directa, enfocarse en el humanismo (ahora se le busca en sitios muy frívolos, vacuos), olvidando la filosofía, la crítica y la sensibilidad social. Si continúa la humanidad por ese camino, no seremos más que el cavernícola metrosexual que está “conectado” a su misma imbecilidad. No nos impactemos, como ahora está de moda las “luces” para atraernos al espectáculo “bonito”, y solo parecemos mosquitos pegados a un foco atraídos por una luz que nos impacta pero nos nubla la razón, nos idiotiza, pero es buena para una selfie. Populismo de las emociones infantiles le llamo. Les dejo mi Twitter: @robercachoa ¡Todo bien!