Lic. Roberto Cárdenas Cachoa
Lecciones desde Brasilia a México
“Brasil no es para principiantes”,
Tom Jobim.
¡Tierra adorada!
Entre otras mil,
eres tú, Brasil,
¡oh, Patria amada!
De los hijos de este suelo
eres madre gentil,
¡Patria amada,
Brasil!
Himno Nacional de Brasil
(Fragmento)
Escribo este artículo después de unas semanas de la estridencia, “Sorpresa”, indignación y demás calificativos que desde la distancia en que se encuentra el coloso sudamericano de nombre Brasil, en relación a su elección de nuevo presidente. Antes que nada debemos reconocer que la tierra del “orden e progreso”, la nación que en los inicios del siglo XXI era el país de moda, el liderazgo de la América Latina, el líder de los “BRICS”, Si tenía este territorio amazónico y urbano, ídolos como Pele, Aitor Senna y Romario, también tenía en la política americana, tan desprestigiada de personajes a uno: Luis Inacio Lula Da Silva, el ícono de la izquierda mundial que después de más de tres intentos logró obtener el poder en un país de profundidades existenciales brutales, todo lo que termine en ismo es grande en Brasil en especial el racismo y el militarismo.
Al escuchar el nombre de Brasil, se nos viene a la mente: Mar, fútbol, mujeres y playa, sin olvidar la música y porque no a los que amamos la literatura grandes exponentes de las letras portuguesas como: Clarice Lispector, Jorge Amado entre otros colosos de esta rica tierra llena de mestizaje y por ende de magia. Ya todos lo sabemos ganó: Jair Messias Bolsonaro, ya está demás decir todos los calificativos bien ganados que sabemos de él: Racista, homofóbico, militarista, imbécil ya está de más saberlo. Lo que tenemos que tomar de lección ante este suceso histórico que sin duda cambiará la geopolítica americana, es que la democracia no es como la pintan, es decir, ya es un sistema que cambió y que está sometido a los vaivenes de las emociones y la ignorancia profunda que los ciudadanos compartimos, sin duda, nos ha quedado muy grande la democracia ante tan pequeña capacidad de conocimiento y sensibilidad política, obvio, todo esto está dado por objetivos claros dejando a un lado la teoría de las conspiraciones eso se lo dejamos a los economistas y demás fauna periodística, nos encontramos ante una SEÑAL de un mundo nuevo, dónde los que nos “gobiernan” saben cómo incidir en una sociedad dividida, odiadora de lo que desconoce, y que evita el debate ante la falta de argumento. Escribo esto sabiendo que Donald Trump, conservó el Senado en EUA, dando luz verde a su reelección. En Brasil ganó el representante, el que podía derrotar a un partido: PT, que logró avances para la clase media, y el sector pobre del Nordeste brasileño, pero que también sucumbió ante la corrupción y dónde el poder judicial de esa Nación, tomó partido y encarceló con un proceso lleno de oscuridades y venalidades a el único que podría evitar el resultado: Bolsonaro. En resumen: El Ejército, El gran capital depredador y transnacional ganó. El racismo, la homofobia derroto a los avances de una sociedad plural y rica en diversidad, que pasará en Brasil no hay que especular, pero lo que es seguro, que el brasileño vulnerable será más vulnerable y el millonario será más millonario, así pasa en el EUA de Trump así será en el Brasil de Bolsonaro. Y En México, se espera que los grupos poderosos rebasados por la votación histórica del 1 de julio, estudien el fenómeno Lula, para que si en Brasil se buscó disminuir la pobreza algo que no gustó en los sectores de los blancos y poderosos brasileños, aquí en México, la revancha vendrá si no es por las urnas, sí, por el poder judicial o por el poder económico transnacional ya lo advirtió el Maquiavelo sangriento: Carlos Salinas: “estamos en un momento maquiavélico porque la República está ante un gran riesgo, el de renacer o el de desaparecer”.Al tiempo. Les dejo mi Twitter: @robercachoa ¡Todo bien!