Lic. Roberto Cárdenas Cachoa
Y si tomamos de maestro a Confucio
“Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad”: Confucio
Oriente, dónde sale el sol, punto en dónde nos orientamos, para andar, por el camino sinuoso, y lleno de avatares que es la vida. En Oriente, nació un 28 de septiembre del 551 AC. Un maestro y funcionario, al noreste de lo que hoy es China, Lu, fue la población dónde habitó este sabio pensador oriental que se dedicó a reflexionar sobre el mundo del poder, la vida y la muerte. Observador de su época, legó un notable conocimiento, que aún es aplicable a nuestras circunstancias presentes. Confucio es una guía formal en la China actual, los maestros, científicos, políticos y ciudadanos en común, lo tienen y veneran como maestro. Una de sus tantas frases clásicas que han pasado de continente, idioma y generación tras generación, es la siguiente: “Donde hay educación no hay distinción de clases”. Sencilla, contundente, como es la filosofía de Oriente, en estas palabras, habita la esencia de la solución de muchos de los problemas de nuestro México, país, que en sus orígenes mesoamericanos, se habla, que hubo una posible influencia del oriente, en su cultura original. Conceptos como Profesor, Maestro, Educación, están ahora en el ojo del huracán en nuestro país. Hay una cicatriz, que se profundiza en la opinión pública, muchas veces alimentada, por la fuerza de la ignorancia, y del odio. Es sabido, que el conflicto magisterial mexicano, no es de ayer, es una bola de nieve y podredumbre, que se alimentó desde décadas, cuándo este sindicato, fue útil a los intereses de estados de Oaxaca, Chiapas, Michoacán y Guerrero. No entraré en polémica, cada quién es dueño de su opinión, yo, respeto todas las opiniones, pero sigo y apoyo, las surgidas del análisis profundo y reflexivo, las demás, las desecho, como muchas cosas más, que habitan en el mundo de la “información”, que nunca será, conocimiento. Ahora, es momento, de regresar a Confucio, que con su sabiduría sencilla y concreta, nos arroje luz, entre esta oscura tempestad de opiniones vacuas e interesadas. De aquí en adelante, opinaré siguiendo el consejo de este maestro de la China milenaria: “Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber” Les dejo mi Twitter: @robercachoa ¡Todo bien!