Lic. Roberto Cárdenas Cachoa
“Crear un mundo nuevo” con Jiddu Krishnamurti
“La sabiduría no ejerce ninguna autoridad y aquellos que ejercen la autoridad no son sabios.”
Jiddu Krishnamurti
INDIA ES EL PAÍS ESPIRITUAL POR EXCELENCIA. Los estudiosos del tema han llegado a la conclusión, que sus contrastes, sus miserias terrenales, brindan una energía, que hace que su gente desde hace cientos de años, guiados por los Vedas, que se traducen como “conocimiento” en sánscrito (su lengua madre), le han otorgado al espíritu y su esencia humana, un espacio privilegiado, para comprender, su contexto existencial. Y de este milenario territorio, enclavado del valle del Indo su sabia cosmogonía, se ha trasladado con éxito a todo el planeta. Hoy les hablaré de mi Maestro Jiddu Krishnamurti (Madanapalle, Andhra Pradesh. India 1895- Ojai, California, EUA 1986) En su ser, se depositaron los elementos, para tener uno de los más conspicuos “Maestros espirituales”. Orador, escritor y divulgador de la revolución psicológica y la meditación, su enseñanza ha trascendido el siglo XX y es menester seguirlo en este oscurantista siglo XXI, invadido de basura ideológica, que mal alimenta al voraz capitalismo salvaje, tan salvaje, que se ha convertido en un “canibalismo voraz y hedonista”. Desde sus tiempos de vida y sus viajes por América, llego a esta conclusión, que aún es vigente: “No es signo de buena salud el estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma.” La Sociedad Teosófica, nutrió su concepto del mundo. Les dejo uno de sus legados: “La Creación de Un Mundo Nuevo”: Si hemos de crear un mundo nuevo, una nueva civilización, un arte nuevo, no contaminado por la tradición, el miedo, las ambiciones, si hemos de originar juntos una nueva sociedad en la que no existan el «tú» y el «yo», sino lo nuestro, ¿no tiene que haber una mente que sea por completo anónima y que, por lo tanto, esté creativamente sola? Esto implica, ¿no es así?, que tiene que haber una rebelión contra el conformismo, contra la respetabilidad, porque el hombre respetable es el hombre mediocre, debido a que siempre desea algo; porque su felicidad depende de la influencia, o de lo que piensa su prójimo, su gurú, de lo que dice el Bhagavad Gita o los Upanishads o la Biblia o Cristo. Su mente jamás está sola. Ese hombre nunca camina solo, sino que siempre lo hace con un acompañante, el acompañante de sus ideas.En fin, los invito a que Jiddu Krishnamurti nos ilumine en estos oscurantistas tiempos, llenos de falsos profetas…Les dejo mi Twitter: @robercachoa ¡Todo bien!