Lic. Roberto Cárdenas Cachoa
Leyendo a José Ingenieros
A los hombres fuertes les pasa lo que a los barriletes; se elevan cuando es mayor el viento que se opone a su ascenso. José Ingenieros
Nació en Palermo, Italia, un 27 de abril de 1877. Con el nombre de Giuseppe Ingegnieri, llegó como millones de migrantes europeas a una Argentina que era una promesa en Latinoamérica, al ser una nación que despuntaba en la economía, la ciencia y la cultura. Eran los inicios del Siglo XX, mientras en México, la etapa terminal del “porfiriato” iba a dejar a nuestro país entre la muerte y la revolución que diría Adofo Guilli sería una “Revolución Interrumpida”, y sus efectos los vivimos en este presente convulso. José Ingenieros fue su nombre castellanizado, y este científico social, se enfocó en una educación de corte “renacentista”, es decir, con un dominio de varios temas, como fue la psicología, la sociología, farmacéutico, criminólogo, teósofo, filósofo y notable escritor. Sin duda, su trabajo lo llego a colocar como un gran líder intelectual en la Argentina y su pensamiento, traspasó las fronteras del continente y del idioma. Lúcido, de sabiduría profunda en el humanismo, entre tantas investigaciones de la psicología, sociología y filosofía de su tiempo, en estos días tengo el gusto de darle una relectura a una de sus obras más memorables y contundentes que aún hoy es esencial en los tiempos que vivimos: “El Hombre mediocre”, este escritor Italoargentino, en su ensayo hace una explicación didáctica y seria de las causas del hombre mediocre, que no tiene nada que ver con lo que el sistema capitalista ha creado, como el ser humano que no triunfa económicamente en su injusta maquinaria siniestra, sino, el hombre que es masa, es decir, el hombre manipulable, dogmático que no tiene ideales, y por lo tanto, es un engranaje más para hacer funcionar la máquina depredadora del sistema económico actual, un sistema en crisis constante, que no da oportunidad de crecimiento a la mayoría de la población, condenados al trabajo precario, sin derechos laborales, y ahorcados por la “mano invisible” que condiciona al mercado, esa entelequia, que ni los doctore en economía entienden, y sólo defienden por órdenes de sus patrones. Les recomiendo la lectura de esta luminosa obra, vigente sin duda, para poder comprender que las masas, mansas, controlables, son el alimento de los poderosos, eso ha sido desde hace siglos y seguirá mientras seamos los “hombres mediocres” del siglo XXI. Evitemos el dogma y busquemos siempre el ideal, como José Ingenieros, nos pide. Les dejo mi Twitter: @robercachoa ¡Todo bien”