Charles Dickens
Ningún arrepentimiento podrá enmendar las oportunidades perdidas en la vida: Charles Dickens.
La Época victoriana, duró más de sesenta años (1837-1901) y fue bajo el poder de la reina Victoria en el Reino Unido, el “Imperio Británico”, “La pérfida Albión”, Inglaterra. En ese amplio lapso, consolidó este Imperio su poderío en los siete mares, miles de islas, y en todos los continentes, desde Australia, pasando por Hong Kong, África y la India, conocida como la “Joya de la Corona”.
La revolución Industrial, dio un giro abismal a la economía mundial, el Mercantilismo, y su posterior escenario: El capitalismo, marcaron el camino que se tiene en el mundo y se ve que no tiene retorno, ahora, lo padecemos en nuestra psique, en nuestra intima humanidad cómo lo dice el siempre certero filósofo surcoreano:Byung-Chul Han: en relación al neoliberalismo:“La aceleración actual disminuye la capacidad de permanecer: necesitamos un tiempo propio que el sistema productivo no nos deja; requerimos de un tiempo de fiesta, que significa estar parados, sin nada productivo que hacer, pero que no debe confundirse con un tiempo de recuperación para seguir trabajando; el tiempo trabajado es tiempo perdido, no es tiempo para nosotros”.
En ese momento Inglaterra era la potencia, pero su pueblo en su mayoría era pobre, miserable, y eso fue, lo que describió en su magistral prosa el gran Charles Dickens (1812-1870), un escritor de lo más sensible y humano de las letras inglesas universales. Sus obras son conocidas y los niños son sus grandes protagonistas: Cuento de Navidad, Oliver Twist, David Copperfield, Grandes esperanzas e Historia de dos ciudades entre otros.
Leer a Dickens, es comprender los abismos inhumanos que el capitalismo produce desde hace siglos, tanto en potencia mundiales, como en nuestro tercer mundo. La niñez, es la parte dolorosa de sus historias, pero siempre marcadas con la ironía inteligente de este gran personaje de la historia mundial, que en su infancia vivió muchas injusticias y las plasmó autobiográficamente en su literatura de gran calidad.
Ahora vivimos la oscura época “Trumpiana”, que espero dure poco, bajo este aborto vacuo y zafio del capitalismo yankee: Donald Trump, el capitalismo sigue consumiendo, aniquilando “Grandes esperanzas” parafraseando a Dickens, pero no debemos perder la magia, la alegría y la resistencia ante esta brutal dictadura del capital, en detrimento del factor humano, leer a Dickens es una oportunidad de entender, que la explotación es un flagelo que perdurará mientras dejemos que la mano invisible, del libre mercado, sea la única ley que se aplique en este mundo injusto pero a la vez luminoso como la obra de Charles Dickens. Les dejo mi Twitter: @robercachoa ¡Todo bien!
Lic. Roberto Cárdenas Cachoa